0:00
0:00

Lo ocurrido en el sistema penitenciario, con la fuga de 20 reclusos, cabecillas de la pandilla conocida como Barrio 18 que estaban recluidos en el Centro de Detención para Hombres Fraijanes II, constituye un impresionante bochorno para Guatemala y especialmente para los encargados de todo el sistema penitenciario. Quien era su director, Ludin Godínez, fue destituido esta mañana por el Ministro de Gobernación, Francisco Jiménez.

Según el ministro no hay pruebas contra Godínez que lo involucren en la fuga y su destitución se produce “por la necesidad de un recambio, de un nuevo enfoque en el tema y en el abordaje de la gestión penitenciaria”. Hay toda una serie de cuestiones en ese escandaloso y bochornoso caso que deben analizarse, empezando porque no fue una fuga masiva sino que, según algunas fuentes se fueron escapando uno a uno, sigilosamente, entre julio y agosto de este año sin que las autoridades se enteraran y lo hicieran público hasta el pasado fin de semana.

Obviamente el sistema penitenciario demanda “un recambio, un nuevo enfoque y abordaje de la gestión penitenciaria” pero no se puede dejar de mencionar que no es únicamente el ex director del sistema el responsable sino las altas autoridades, encabezadas por el mismo Francisco Jiménez, tan responsable como Godínez de lo que pasa en las cárceles. Curiosamente el mismo fin de semana se supo que al antecesor de Godínez, Sergio Vela también nombrado por Jiménez, le fue revocada la visa norteamericana por vínculos con el crimen organizado, sanción que alcanzó a otras personas según algunas fuentes.

En La Hora siempre hemos dicho que es el sistema el que está podrido, el que no da para más y ahora no nos apartamos de ese precepto. Pero también es cierto que para enderezar ese sistema se necesitan acciones que no despierten dudas en torno al compromiso y ha habido varias acciones en las que da la sensación que el sistema se tragó lo que alguna vez pudieron haber sido buenas intenciones de Jiménez por limpiar la cloaca.

Todo confirma la inoperancia de nuestro sistema penitenciario, tanto que el mismo Ministro en vez de dar la cara ayer para informar de la bochornosa fuga se escondió, diciendo que estaba analizando toda la información del caso, no obstante que las fugas empezaron hace más de dos meses y pretende asegurarse en el puesto diciendo que no se irá hasta que no caiga el último de los fugados, lo que significaría su eternidad en el puesto.

Estados Unidos declaró como terroristas a los miembros de las pandillas, entre ellas al Barrio 18 y se ha ratificado que cualquier persona que apoye de alguna manera a los pandilleros será sancionado por ese país. Si nacionalmente la vergüenza es tremenda, en el mundo entero el sistema penitenciario de Guatemala se convierte en un auténtica calamidad porque pone en riesgo a mucha gente en distintos países.

Es tiempo de que el gobierno de Guatemala asuma su responsabilidad y que los responsables de los centros de detención sean removidos, empezando por Jiménez, y que se busque gente que esté dispuesta a hacer lo necesario para terminar con esa prolongada anarquía que va más allá de haber convertido a las cárceles en el centro de operación de las pandillas. Sabemos que no es tarea fácil, pero como bien dijo Jiménez, es el momento de un recambio para enfrentar el sistema con acciones que golpeen estructuralmente a las mafias. Estado de Excepción bien focalizado, bien fundamentado y explicado y acelerar la construcción de cárceles de verdad debe ser parte del camino.

Redacción La Hora

post author
Artículo anteriorMéxico: Más de 60 muertos y 65 desaparecidos tras días de intensas lluvias
Artículo siguienteInundaciones, deslizamientos y un desaparecido entre las 40 emergencias registradas por Conred el fin de semana