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El mundo está viviendo una época de vientos fuertes que surgen en la mayor potencia mundial y que pueden tener repercusiones muy grandes en diferentes partes del planeta. Desde la investidura del actual Presidente Donald Trump él dejó claro que no sería un mandatario más y que se proponía cambios que mucha gente no había jamás imaginado que pudieran darse en un país donde el sistema de pesos y contrapesos ha sido un factor importante para mantener un equilibrio político, mismo que se dirime no solo en las urnas para elegir Presidente, sino también cuando se escoge a los miembros del Senado y del Congreso.

Hoy se explicó en Washington el sentido del cambio de nombre al Departamento de Defensa que ahora es el Departamento de Guerra; el secretario informó al alto mando militar que eso significa que el objetivo esencial de las fuerzas armadas es la guerra y que deben prepararse no solo para hacerla cuando se les ordene sino para garantizar que todo conflicto será ganado. Ello en el marco de los eventos bélicos en los que ha intervenido la potencia norteamericana desde el fin de la Segunda Guerra Mundial y cuyos resultados no han sido los esperados, como lo pueden mostrar los casos de Vietnam, Irak y Afganistán.

Lo más importante de ese nuevo enfoque está en la instrucción de Trump a los militares, en el sentido de que las ciudades norteamericanas, a donde ha enviado milicias para que controlen el crimen, deben ser el nuevo campo de entrenamiento del Ejército en su preparación para todas esas guerras.

Además, está a punto de producirse la paralización del gobierno de Estados Unidos por la falta de acuerdos con el Congreso para encontrar mecanismos que permitan financiar sus operaciones; esa crisis se ha vivido antes, pero siempre, sin importar el partido en la Casa Blanca, se ha logrado diálogo para alcanzar acuerdos que permitan evitar el colapso. Trump ya hizo ver que no está dispuesto a ceder y que considera intolerable la actitud de los demócratas que pretenden negociar al respecto. Enorme polémica se ha generado por un video de inteligencia artificial que publicó el Presidente Trump.

Otro tema importante es el de la libre expresión y el uso de la justicia para perseguir a enemigos políticos o adversarios. La Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos fue para consagrar como derecho inalterable la libertad para decir lo que cualquier persona desee, sin censura alguna, situación que está pasando por una importante prueba de fuego en la que se pondrá a prueba todo ese sistema de pesos y contrapesos del que hemos hablado.

El caso es que los norteamericanos escogieron lo que querían libremente en las urnas, situación que puede traer más cambios que cualquier revolución en otros lugares del mundo, tema que obviamente capta la atención de los habitantes del planeta.

Redacción La Hora

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