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Hemos dicho hasta el cansancio que en gobiernos anteriores se otorgaron tales poderes al sindicato que dirige Joviel Acevedo que las autoridades del Ministerio de Educación no pueden realmente desempeñar autoridad alguna porque es él quien verdaderamente manda en ese crucial ente a cargo de mejorar la formación de las nuevas generaciones de guatemaltecos. Hoy Prensa Libre publica algo que confirma plenamente lo que hemos dicho. El Acuerdo Gubernativo 188-2013, firmado por el entonces Presidente de la República Otto Pérez Molina, establece que el nombramiento de maestros en el país tiene que pasar por el visto bueno del Sindicato mayoritario.

Actualmente, hay un proceso para nombrar 13,000 maestros que llenen plazas vacantes y para ampliar la cobertura, pero el Ministerio no puede implementar acciones propias, orientadas a buscar a los mejores educadores, puesto que todo nombramiento debe pasar por esas comisiones en las que el STEG tiene enorme poder, superior al de los padres de familia y de las autoridades del ministerio. Ello explica el deterioro que hemos tenido a lo largo de tantos años en el sistema educativo y los resultados están en los indicadores de la capacidad de nuestros alumnos en temas cruciales como comprensión de lectura y matemáticas, piezas fundamentales de todo el desarrollo intelectual.

La tremenda irresponsabilidad de Pérez Molina tiene una gran explicación, misma que sirve para entender por qué ese sindicato ha ido adquiriendo más y más poder con todos los gobiernos corruptos del país. A cambio de esos beneficios el sindicato no solo obtenía mejoras salariales para el magisterio, lo que le permitía ampliar su poder e influencia (y los bolsillos de los dirigentes) sino también asumía el compromiso de convertirse en defensa a ultranza de todos esos regímenes dedicados al saqueo de los fondos públicos mediante compras y contrataciones viciadas y perjudiciales para la población.

Las negociaciones no se orientaban fundamentalmente a las condiciones laborales de los maestros, sino al nivel de compromiso del magisterio para salir a manifestar cada vez que un gobierno corrupto necesitaba dar muestras de respaldo popular y así el STEG ha sido una de las grandes corazas de ese perverso sistema que se fue construyendo con tanto cuidado para facilitar los trinquetes y garantizar impunidad a los sinvergüenzas.

El gobierno de Arévalo tiene que modificar ese Acuerdo Gubernativo para facilitar la contratación de los maestros más calificados y no solo de aquellos que llegan porque ya se comprometieron a ser parte del sindicato que dirige Acevedo. Hay que decir que además del favor que les hizo Pérez Molina, tanto Jimmy Morales como Alejandro Giammattei aumentaron esos privilegios porque necesitaban, a toda costa, el apoyo que el STEG ha significado para ese tipo de gobiernos.

Redacción La Hora

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