Entre los sinónimos del término cabildeo que señala el Diccionario de la lengua española figuran conciliábulo, conspiración e intriga, detalle que viene al caso al ver el tipo de funciones que desempeña el titular de la Secretaría de la Corte Suprema de Justicia, quien por ley tiene asignadas muchas funciones en el campo administrativo del alto tribunal. Y viene al cuento la pregunta sobre el papel que juega el actual Secretario, Emmanuel Molina Castañeda, con su trayectoria en la política nacional, puesto que teniendo tantas y tan delicadas funciones, dedica gran parte del tiempo a participar en actividades ajenas a sus lógicas atribuciones.
La semana pasada participó en la sesión solemne que hubo en el Congreso para celebrar la Independencia, donde pudo tener contacto con diputados de distintas bancadas, incluyendo los del partido Cabal de Luis Aguirre, del que fue candidato a diputado por el distrito de Huehuetenango. El artículo 15 del Reglamento General de Tribunales asigna abundantes funciones al Secretario de la Corte Suprema de Justicia por ser el jefe inmediato del personal de esa dependencia, además de órgano de comunicación con los funcionarios judiciales y administrativos.
En la nota publicada en La Hora sobre la participación del Secretario en las fiestas de la independencia se brinda abundante información sobre el papel que ha jugado quien laboró en la cuestionada Oficina Nacional para la Prevención de la Tortura, pero lo fundamental es el momento que estamos viviendo en cuanto a la proximidad de las fechas en las que deberán producirse designaciones o postulaciones importantes para la justicia de Guatemala, entre ellas la de la Corte de Constitucionalidad, el Tribunal Supremo Electoral y -nada más y nada menos- el Fiscal General del Ministerio Público.
No es exagerado afirmar que el país se está jugando su futuro en esos determinantes procesos, pues dependemos de manera absoluta del sistema de justicia. Esa dependencia la entendieron en su momento políticos mafiosos que, dedicados a saquear los fondos públicos, dispusieron tener la garantía de impunidad, elemento que siguen buscando los que forman parte de las mafias. Pero, como dijimos en el editorial de ayer, nunca previeron que abrían las puertas para que grupos más poderosos y adinerados, como los del narcotráfico, terminaran siendo los grandes beneficiados por la destrucción del sistema de justicia.
Es obvio que para quienes colocaron a los actuales magistrados de la Corte Suprema y mantienen hilos de comunicación con el grupo de magistrados que la controla, ese proceso es vital y por lo tanto, el cabildeo es crítico, lo que explica que el Secretario de la Corte no se dedique a sus propios asuntos, sino que ande en cuanto evento pueda haber con presencia de actores clave para asegurar el perpetuo manoseo de la justicia.