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Esta semana se conoció una nota del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, abordando el tema del narcotráfico señalándolo como terrorismo y elabora una lista de países que son utilizados para el trasiego de drogas, entre los cuales está Guatemala. En la misma comunicación identifica a nuestro país dentro de los países por donde transitan las drogas o se producen, pero en un mensaje por la independencia de nuestro país, dirigido al presidente Arévalo, reconoce los esfuerzos que se hacen para contrarrestar ese flagelo.

No hace mucho el gobierno de Bernardo Arévalo envió al Congreso una iniciativa de ley contra el lavado de dinero en la que se busca que las organizaciones de narcotraficantes, vinculadas al terrorismo, tengan más complicación para blanquear sus fondos y ello va en línea con lo que ahora hace Estados Unidos al catalogar como terroristas a los narcotraficantes. Y lo mencionamos porque estamos a las puertas de una seria confrontación en la que el punto crítico será la conformación de las Cortes, la postulación para Fiscal General y magistrados del TSE, elección de Contralor General de Cuentas, Presidente del Banco de Guatemala y Superintendente de Bancos, temas que interesan especialmente a los grupos que han promovido impunidad en los últimos tiempos y deben interesar aún más a los guatemaltecos honrados y comprometidos sin importar su posición social.

El momento es decisivo porque ante la posibilidad de un veto presidencial a la ley elaborada a favor de los inútiles Consejos de Desarrollo, el Congreso se puede convertir en el pivote determinante. No olvidemos que todo empezó simplemente con la corrupción de políticos y contratistas, pero ello abrió la puerta a un muy poderoso sector, el del narcotráfico, que ha sido beneficiado por las deficiencias en el sistema de justicia y que ha invertido para colocar también a sus piezas clave tanto en el Organismo Legislativo como en el Judicial y muchas alcaldías. Durante muchos Gobiernos, algunos operadores del crimen organizado han contado con el apoyo solapado desde la misma Presidencia de la República.

Hoy en día los países marcados por Trump como responsables de lo que él llama el narcotráfico terrorista son Venezuela, Bolivia y Colombia en América Latina, así como los asiáticos Afganistán y Burma, naciones que, según él lejos, de colaborar en el combate contra las drogas las promueven. La situación de Guatemala puede cambiar mucho si en este momento decisivo de nuestra historia se completa esa nueva cooptación del Estado que ya no será para beneficiar a políticos y contratistas corruptos, sino para allanar más el rol del Estado al servicio del narcotráfico. Es tanto su dinero y su poder que los ladrones que han saqueado al Estado y creen disponer de toda la plata para seguir siendo dueños de la situación, terminarán quedando a un lado.

Insistimos en que ya colocaron a sus piezas clave en el Congreso, algunas alcaldías y en el sistema de justicia y ahora se preparan para dar el manotazo definitivo, confiando en que la mesura de Arévalo le impida reaccionar ante lo que se viene. Nos estamos jugando, literalmente, el todo por el todo y debemos asegurarnos no allanar el camino que nos haga terminar como Venezuela, Colombia y Bolivia.

 

Redacción La Hora

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