
No ha terminado la ola de sismos generados por la falla de Jalpatagua, que cobró ya vidas y destruyó no solo viviendas sino importantes vías de comunicación y edificios antiguos, pero resulta que hoy arterias tan importantes como la Calzada Roosevelt, están bloqueadas por la actividad del sindicato de maestros y la movilización del sindicato de trabajadores de la Salud Pública. Hay varias personas guardando prisión y sometidas a juicio por los bloqueos que se dieron cuando el Ministerio Público intentó anular el proceso electoral en el año 2023, pero los dirigentes de estos sindicatos pueden actuar con total tranquilidad y Consuelo porque no hay MP que se preocupe por esa situación. En otras palabras, tienen un Ángel que los cuida.
Es importante señalar que viviendo en medio de una polarización que divide a la sociedad guatemalteca, provocada por astutos actores que han sabido explotar las supuestas diferencias ideológicas para profundizar la división social, el tema de los sindicatos estatales no es siquiera abordado. En teoría, las organizaciones sindicales están más vinculadas a los grupos de izquierda y por ello han sido vilipendiadas, pero en nuestro medio, en la práctica, muchos sindicatos estatales están aliados con las fuerzas “ultraconservadoras” que, bajo ese escudo, supieron usar al Estado como instrumento para su enriquecimiento ilícito.
El gobierno actual ha sido cuestionado, desde que Arévalo quedó en segundo lugar y pasó a segunda vuelta, por ser de izquierda y esa fue la razón para que se montara todo un operativo que pretendía impedir su investidura como Presidente de la República; en el caso del Ministerio de Educación, la titular de la cartera -Anabella Giracca- es de las fundadoras de Semilla y militante de ese cancelado partido político de izquierda.
En teoría, basados en la tradicional idea que hay sobre los sindicatos, el actual tendría que ser un período de luna de miel entre las autoridades del ministerio y el sindicato de maestros, pero resulta que la verdadera luna de miel ocurrió durante los gobiernos se dijeron “conservadores” pero facilitadores de la corrupción con los que Joviel Acevedo pudo negociar con total tranquilidad a cambio de ofrecer apoyo consistente a los regímenes cuestionados por sus vínculos con la corrupción.
En otras palabras, nuevamente se confirma que las tales divisiones profundas por temas ideológicos no son más que la patraña que se usa para justificar la polarización de las sociedades en el mundo moderno pues, a la larga, las tales ideologías no tienen la menor importancia cuando hay otros intereses en juego, como el enriquecimiento.
La ciudadanía en la capital vuelve hoy a su trabajo, aún en medio de réplicas de los temblores que se vienen produciendo, pero a esa intranquilidad ahora se suma el bloqueo del tráfico que, en este caso, no es delito porque no se realiza en Gerona ni contra el MP y su Fiscal General, sino contra esos del gobierno que tanto “se las juran” desde el ente investigador.