Imágenes del suceso en La Mesilla, Huehuetenango. Diseño La Hora / Roberto Altán

Los sucesos del pasado fin de semana en La Mesilla, Huehuetenango, continúan sin ser plenamente esclarecidos, pero lo que se conoce es una seria llamada de atención para que nuestras autoridades entiendan el serio problema que representa la actividad de poderosos grupos dedicados al tráfico de drogas. Desde hace mucho tiempo que el asunto viene siendo una preocupación para todos los que aspiramos a tener un país diferente en el que las instituciones se fortalezcan y se cierren los espacios que históricamente han existido para oscuros pactos que operan para beneficios individuales y, por supuesto, el narco es una de las cuestiones más preocupantes.

El clima de corrupción que se ha impuesto en el país no solo ha beneficiado a los que se dedican a hacer negocios en las contrataciones públicas sino también a los que mediante jugosos sobornos pueden agenciarse, si no del apoyo abierto, por lo menos de la complacencia e indiferencia de las autoridades. No podemos olvidar el célebre incidente del “pollo con loroco” en el que gente de la DEA pudo ver en vivo y a todo color el involucramiento del mismo Presidente de la República en ese tipo de discusiones. Mario Estrada terminó preso en Estados Unidos, pero su invitado de honor, Jimmy Morales, se benefició de la inmunidad que ostentaba, pero el caso demuestra que cuando la mafia quiere llegar hasta arriba, puede.

En este momento, cuando Estados Unidos está presionando para ejercer un mayor control en el tráfico de estupefacientes obligando a México a ser más activo, es oportuno entender la realidad para lograr beneficios que puedan ayudarnos a ir enderezando el rumbo, apartándonos de esa maliciosa influencia que el narco ejerce en diversas entidades públicas. Un acuerdo tripartito con Estados Unidos y México puede ser muy útil en estas circunstancias.

El misterio que envuelve lo ocurrido en Huehuetenango es preocupante porque tendríamos que disponer de información precisa como una muestra del interés que se tiene en el país por empezar a romper esos tenebrosos vínculos que tanto daño le han hecho al país. La gente que logró la captura de las instituciones del Estado para robar a gusto el dinero del erario no entendió nunca que estaba abriendo las puertas a otros tipos de influencias que aprovechen la pista que asfaltaron ellos a punta de sobornos. Cuando se vengan a dar cuenta verán que quien más aprovecha esa condición es el grupo que ya compite con ellos en cuanto a influencias en el poder, pero que tiene una capacidad de fuego especial.

Como política de Estado hay que definir la forma en que podemos establecer alianzas con México y Estados Unidos en este peculiar y delicado tema, a fin de que demos un paso directo hacia el objetivo.

Cualquier acuerdo de esa naturaleza debería pasar por el Congreso y ahí veremos los bandos definidos.

Redacción La Hora

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