Hoy publicamos información y opiniones de observadores sobre el viaje supuestamente oficial (así promocionado ampliamente en las redes sociales del MP) de dos funcionarios del Ministerio Público a Washington del 16 al 21 de enero del corriente año, para participar en actividades promovidas por el Partido Republicano de Florida. Ese grupo partidista invitó a la Fiscal General Consuelo Porras para asistir a “eventos que le darán la especial oportunidad de relacionarse con votantes de ese partido en Florida y sus patrocinadores”.
Consuelo Porras no pudo asistir porque, como se recordará, no posee visa para entrar a Estados Unidos, lo mismo que le ocurre con todos los países de la Unión Europea, pero en su lugar viajaron Erick Schaeffer, primer subsecretario general (el segundo de Ángel Pineda) y Eduardo Mejía Calito, quien sustituyó al mismo Pineda en el cargo de Secretario de Asuntos Internacionales. En sus cuentas oficiales en redes sociales se publicaron numerosas fotos de los dos funcionarios del ente que tiene a su cargo la investigación y persecución penal, posando íngrimos y solos frente a muchas de las oficinas de congresistas republicanos previo a la toma de posesión de Donald Trump.
Eran días de euforia, según se puede comprobar con los mensajes que subió en esos días Rafael Curruchiche, vistiendo la gorra del movimiento MAGA, anunciando que el 20 de enero se vendría un gran cambio con referencia, sin duda alguna, a la seguridad que tenían de que ese mismo día la primera orden ejecutiva de Trump sería la de levantar la sanción a la mafia del Ministerio Público. Los dos representantes de Porras asistieron al primer acto público, tras haber sido investido, de Donald Trump donde firmó las primeras órdenes ejecutivas de su segundo mandato.
Hemos consultado, siguiendo los procedimientos legales y profesionales, al MP sobre quién financió ese viaje puesto que en la documentación oficial del Ministerio Público no aparece ningún pago de boletos, de hospedaje o viáticos para los dos enviados que, repetimos, se dedicaron a tomarse fotos para demostrar la afinidad que la entidad a la que representan tiene con uno de los partidos políticos de Estados Unidos, tema absolutamente impropio si nos atenemos a la ley que especifica sus funciones y la absoluta necesidad de independencia política.
Nadie da datos ni informa sobre quién cubrió los gastos de los dos enviados. Si fue el MP y gastó para mandarlos a un evento de un partido político, pues Porras no fue invitada por el Gobierno de EE. UU. sino por los republicanos de Florida, hay una gravísima anomalía, misma que no desaparece sino hasta se agrava si fueron los “patrocinadores” o financistas que simpatizan con los republicanos los que cubrieron los gastos.
En todo caso, como dijeron analistas, el MP está en un callejón sin salida que, por cierto, quedó más atorado con la visita de Rubio, tras la que hasta Curruchiche se deshizo de la gorra de Trump.
