Durante el año pasado, según las cifras oficiales, se registraron más de 5 accidentes cada semana en los que estuvo involucrado algún bus del transporte extraurbano, cifras oficiales confirmadas por empresarios de la gremial respectiva, lo cual marca realmente el constante riesgo en el que se ven los usuarios que necesitan hacer uso de ese servicio. Según el empresario Carlos Vides, en declaraciones a La Hora, la causa principal no fue la notoria antigüedad de la flota sino principalmente la falta de pericia de algunos pilotos.
Cualquier viaje al interior del país nos permite comprobar el nivel de irresponsabilidad que muestran muchos de los conductores del sistema de transporte extraurbano que circulan a excesiva velocidad sin que les preocupe el inmenso valor de la vida humana que ha sido puesta en sus manos. Por esa razón la Gremial de Transporte Extraurbano de Pasajeros ha solicitado un cambio de fondo en la regulación de ese servicio señalando que el mismo debe producirse mediante un consenso entre el Estado y los transportistas para cambiar la normativa vigente.
El tema del transporte se ha convertido en una lógica preocupación para todos los guatemaltecos porque resulta que todos estamos expuestos, gravemente, debido a lo riesgoso que se ha vuelto en general el tránsito, tanto urbano como extraurbano. Y es que no solo las regulaciones son flojas y poco efectivas, sino que además son ignoradas de forma olímpica por muchos de los pilotos, tanto del servicio público como de autos y motocicletas de personas particulares y cualquier abuso se resuelve pagando mordida.
El fatal accidente este mes de un bus que provocó más de 50 muertes es algo que pone sobre el tapete la necesidad de realizar reformas. La Dirección General de Transporte Extraurbano ha alzado la voz con denuncia porque la institución ha sido viña para los operadores de la corrupción, porque para tramitar licencias no había otro requisito que el pagar el soborno y eso faculta a cualquiera. El tema de los pilotos y su pericia también sale sobrando a muchos de los dueños de camionetas, pues lo vital para ellos es que el bus haga viajes, sin que importe si el conductor está realmente capacitado.
Afortunadamente en la DGTE las cosas han empezado a cambiar, pero aparte de terminar con ese viciado proceso para otorgar licencias se tiene que mantener una supervisión constante para prevenir accidentes, situación que también se debe proyectar a todo el sistema de transporte del país y a nuevas y efectivas regulaciones de las leyes de tránsito, tomando en cuenta lo obsoleto de nuestro modelo tras el enorme incremento del tráfico que se ha vuelto otra pesadilla para los guatemaltecos.
Que la autoridad cuente con un simulador de transporte colectivo de personas para que los pilotos se capaciten y se certifiquen o que haya una empresa privada que haga la capacitación, evaluación y certificación es otra opción. Lo mismo debemos hacer con el transporte pesado de carga.
Ojalá que el Congreso tome cartas en el asunto y muestren la celeridad que tuvieron cuando estaban en juego los fondos de los Consejos de Desarrollo, para preocuparse por la seguridad de cientos de miles de personas.