El lunes pasado todo era entusiasmo para los altos mandos del Ministerio Público puesto que al día siguiente vendría el Secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, y según les habían dicho los que hicieron lobby en ese país a favor de Consuelo Porras y Compañía, vendría a patentizar el apoyo de Trump a quienes, con gorra y todo, se dijeron sus amigos cercanos.
La otra ilusión que tenían era la de arrasar en la elección del Colegio de Abogados para tener control sobre la postuladora de nuevo Fiscal General y actuaron públicamente, haciendo derroche de entusiasmo y de otras cosas, para aprovechar la cantidad de juristas dentro del MP y en aquel famoso pacto, como para garantizarse, por lo menos, pasar a segunda vuelta.
El martes fue el primer sopapo porque resulta que Rubio, lejos de venir a respaldarlos, sumándose al plan para derrocar a Arévalo con el argumento que ha manejado la FECI respecto al fraude electoral que se sacaron de la manga, vino a expresar sólido apoyo a la democracia y su rechazo a las intenciones golpistas. Pero más que eso, el Secretario de Estado habló de las causas de la migración y dijo que para combatir la pobreza había que atraer inversión, pero que esa no vendría nunca si para operar tienen que pagar soborno a funcionarios que luego gozan de impunidad.
El día miércoles convocaron a una masiva manifestación en el Parque Central para demostrar a Rubio su fuerza. Según las gráficas captadas, no llegaron a reunir ni siquiera 15 personas, todas con gorritas de MAGA, y al escuchar la conferencia de prensa empezaron a despotricar contra el mismo Trump y los Estados Unidos.
Ellos y sus aliados se volcaron a las redes sociales para criticar al nuevo gobierno de EUA que, según habían dicho, se encargaría de arreglar las cosas en Guatemala deponiendo al “régimen fraudulento” de Bernardo Arévalo. Fue obvio que el golpe los dejó aturdidos, dadas las torpes reacciones que mostraron.
Pero aún estaban ilusionados con tener un sólido respaldo de abogados en el Colegio profesional y para ello habían adelantado acciones penales contra un miembro de la planilla 10 y contra el ex rector de la Universidad de San Carlos, Estuardo Gálvez, que había propuesto la planilla 4. Y el resultado final hizo que esas dos planillas, la diez y la cuatro, pasen a segunda vuelta, a pesar de los empeños puestos por el Ministerio Público con Porras, Pineda y Curruchiche a la cabeza,
Fue, pues, una semana de duros desengaños que dejan patente que ni en Guatemala ni afuera, gozan de ningún prestigio por ese papel de tapaderas que han jugado a lo largo de 391 días.