Fue en el gobierno del doctor Juan José Arévalo que fue creado el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), tomando en consideración que los trabajadores no gozaban de ningún tipo de protección en caso de accidentes y posteriormente de enfermedades, además de la necesaria pensión para quienes llegan al derecho de ser jubilados. Es, seguramente, una entidad creada con las más sanas intenciones que se puedan imaginar y a lo largo de los años, con sus bemoles, ha ayudado a millones de personas que, junto a sus patronos, contribuyen mensualmente con el pago de cuotas.
Pero también ha sido objeto de interés para muchos grupos de los que piensan que el Estado fue hecho no para servir a la población sino para alentar el enriquecimiento ilícito de funcionarios y quienes comparten con ellos la misma ambición de robar el dinero público. Dentro de las ideas para buscar un sano equilibrio en la toma de decisiones, se dispuso que tuvieran representación en la Junta Directiva tanto trabajadores como patronos, correspondiendo a los sindicatos el nombramiento de los primeros y a las organizaciones empresariales el de los segundos.
Teóricamente tanto sindicatos como entidades empresariales tendrían que buscar a los mejores elementos para que le representen tanto los intereses de los trabajadores como los de los empresarios que son pieza clave en el funcionamiento de la entidad porque de la cuota patronal es de donde provienen los mayores ingresos. En el año 2020 fue electo como representante suplente de los patronos el señor Douglas Ovalle Ruano, a quien se acredita como: «Ejecutivo empresarial de alto nivel con más de 20 años de experiencia en las áreas de consejos de administración, juntas directivas, asuntos corporativos y proyectos con organizaciones internacionales, entre otras».
Pero resulta que según documentos del Registro Mercantil él es actualmente el administrador único de la empresa Media Airport System, la que tiene el control de la publicidad en la Terminal Aérea La Aurora, sin pagar ni un solo centavo gracias a resoluciones judiciales de las que ya conocemos ampliamente cómo surgen en Guatemala. La presidenta del CACIF dijo que su elección había sido de acuerdo a lo que establece la ley.
Por algo se dice que el camino al infierno está plagado de buenas intenciones porque aún aquellas disposiciones que se toman con el mejor espíritu, con la aspiración de alcanzar la mayor eficiencia, terminan siendo usadas con otras intenciones en muchísimos casos. La suplencia en la representación patronal del IGSS no parece inspirar mucha confianza si nos atenemos a lo que se ha publicado sobre ese negocio en el aeropuerto y los empresarios harían bien en revisar esa decisión.