Como si la destrucción causada por las lluvias en la red vial no provocara suficiente daño a toda la población por las dificultades de movilización, cada día se reportan accidentes en los que se ven involucrados camiones de transporte pesado que no solo complican mucho más las cosas sino que también causan destrucción como ha ocurrido con varios puentes. Algo tiene que estar pasando para que sea tan constante y repetida la situación, pero las autoridades parecen asumir que esos percances son normales puesto que no se les ve la menor preocupación o interés por entender lo que está ocurriendo, mucho menos por buscar soluciones.
Esta mañana miles de personas que entran a la ciudad provenientes de la ruta al Pacífico vivieron otro calvario por el accidente de un tráiler que terminó obstruyendo los carriles de acceso a la capital; si entendemos que un accidente es un “suceso eventual o una acción de la que resulta daño involuntario a las personas o a las cosas” debemos comprender que la sucesión constante de percances ya no tiene esa característica de eventualidad y que algo está ocurriendo para que se repitan con tanta constancia.
Personas vinculadas al sistema de transporte han dicho que la migración tiene algo que ver porque son muchos los buenos conductores que han dejado sus trabajos para viajar a Estados Unidos, tal y como lo hace diariamente buena parte de la población. Y ello ha generado la necesidad de contratar personal que no posee la experiencia ni la capacitación necesaria para hacerse cargo de camiones que, por su tamaño y peso, resultan difíciles de conducir, lo que termina causando esa inseguridad que se manifiesta con tanto percance.
Otro factor que no se puede pasar por alto y que las empresas de transporte tienen que tomar en cuenta es la dificultad que hay en el país para movilizarse de un lugar a otro por los daños a la red vial. Viajes que se deberían realizar, a lo sumo, en unas dos horas, terminan consumiendo más de cinco horas por los obstáculos que representa la destrucción de carreteras y puentes. A más tiempo tras el volante de uno de esos pesados transportes, más riesgo de que los pilotos puedan incurrir en descuidos, sea por querer apresurar el paso o simplemente por el efecto del cansancio.
El tema es que obviamente algo fuera de lo normal está ocurriendo según se demuestra con el notable incremento de los percances en los que se ven involucrados vehículos del transporte pesado y sería muy del caso que las autoridades indaguen para tratar de poner remedio a esa peligrosa situación.