Aparte de las huestes que siguen con idolatría al ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hay corrientes extranjeras que trabajan con entusiasmo para favorecer su nueva candidatura, destacando entre ellas la de Vladimir Putin de Rusia y las de Consuelo Porras de Guatemala. En la primera contienda electoral de Trump, hace ocho años, la influencia y participación rusas fue de gran notoriedad y se llegó a considerar como uno de los factores para alentar su triunfo, pero ahora para Rusia que gane su gran aliado sería fundamental luego de los acercamientos que hacen con China y Corea del Norte para minar el poderío norteamericano.
En el caso de Consuelo Porras y sus emisarios que participan con todo entusiasmo y descaro en actividades proselitistas de Donald Trump, se trata de mostrar el repudio a la administración Biden que ha incluido en listas de duras sanciones a varios guatemaltecos, entre ellos Martínez y la jefa del Ministerio Público; por ello sienten que un triunfo de Donald Trump, tras los pactos ya hechos, se traduciría en el levantamiento de tales castigos. Y funcionarios del MP asistieron y participaron en eventos políticos dentro del proceso electoral norteamericano, ya que sienten la urgente necesidad de un cambio de dirección en Washington para que se archiven todos los casos reflejados en la famosa lista Engel o la durísima Ley Magnitsky.
Es curioso ver cómo quienes se llenan la boca hablando sobre el respeto a la soberanía no vacilan en meter su mano en temas de política interior de otros países, terminando así por aceptar las tesis de globalización que justifican el uso, por ejemplo, de sanciones contra los operarios de la corrupción alrededor del mundo, como ha sido el caso de los sancionados en nuestro país. Seguramente que esa comunidad de intereses entre el MP y Rusia se traduce, a su vez, en la forma en que el ente investigador se ha hecho de la vista gorda del sucio negocio de las vacunas rusas compradas por Giammattei y Martínez y que no fueron entregadas tal y como se había pactado.
Desde cualquier punto de vista es cuestionable, para decir lo menos, el uso de los recursos públicos para financiar viajes que no tienen otra finalidad que la de ir a hacer campaña política por algún candidato en otro país. Los pasajes, hospedaje y alimentación de los enviados fueron pagados con dinero de todos los guatemaltecos, pero el Ministerio Público considera que es una muy sana inversión pues si produce el efecto deseado podría ser la tabla de salvación de las mafias.
Por supuesto que el apoyo de Putin es mucho más importante y vigoroso porque él, aislado mundialmente por la guerra en Ucrania, está urgido de cambiar la política exterior de Estados Unidos. Pero aún con la diferencia en el peso de cada intromisión, terminan siendo lo mismo.