Por pura necesidad la opinión pública se expresa sobre el sistema de justicia y las enormes fallas que existen para que termine siendo un instrumento de impunidad. Pero en ese marco es importante destacar la actitud del titular del Tribunal Décimo de Sentencia Penal, Érick Velásquez, quien absolvió de los delitos por los que era señalado por el Ministerio Público al Fiscal Eduardo Pantaleón, lo que no sólo significa cumplimiento del deber de juzgar conforme a derecho, sino también implica un riesgo para el juzgador, como se ha podido comprobar anteriormente con jueces que no se pliegan a las instrucciones del MP. Ya anuncia Yes Master un antejuicio.
Ayer mismo Alejandro Sinibaldi también fue absuelto de todos los cargos en su contra y al conocer la sentencia afirmó que él y sus abogados supieron aprovechar todas las herramientas que da el sistema de justicia guatemalteco, ese mismo que ha sido tan efectivo para dejar sin responsabilidad a personajes como él mismo o Baldizón y que se ha señalado como consecuencia de la captura del Estado.
El caso de Pantaleón se vuelve muy significativo porque en el curso de sus alegatos de defensa el exfiscal señaló con toda claridad la existencia de una política en el Ministerio Público para apañar los delitos cometidos por funcionarios, especialmente de los regímenes de Jimmy Morales y Alejandro Giammattei, así como la existencia de una política de criminalización a los fiscales que se salen de ese guacal que sigue siendo efectivo para muchos, pero que también muestra que hay algunos jueces que no se someten a los que promueven impunidad.
El camino que se tiene que recorrer todavía para rescatar ese sistema de justicia, tan efectivo para quienes gozan de la protección para evadir responsabilidades penales, es todavía muy grande porque persisten los esfuerzos para controlar a las Comisiones de Postulación o para prolongar el mandato de los actuales magistrados, como ya se hizo en el pasado sin vergüenza ni rubor.
Sentimos obligado que en todo ese mar de podredumbre que hay en nuestro sistema de justicia es imperativo reconocer el enorme mérito y valor de jueces que se apegan a la ley. Sobre todo porque, como hemos dicho, Guatemala es uno de los únicos países en los que un juez que no resuelve al gusto del MP se ve expuesto a ser sindicado y llevado a proceso, lo que compromete seriamente el espíritu mismo de la justicia y la independencia judicial para resolver los casos de acuerdo a las pruebas de cargo y de descargo.