El destino del repudiable Parlamento Centroamericano será, como dice el dicho, genio y figura hasta la sepultura, porque no dejará de ser coraza para proteger a los sinvergüenzas de la región al ofrecerles absoluta inmunidad para no tener que enfrentar cargos por delitos que pudieron haber cometido. Hace cuatro años Jimmy Morales y su Vicepresidente, Jafeth Cabrera, corrieron entre una multitud que les expresó su repudio y les lanzaron toda clase de objetos, para ir a tomar posesión del cargo que les garantizaba impunidad tras los temores que sentían por señalamientos de corrupción.
Ahora se presionó nuevamente a los diputados del Parlacén para que sesionen de emergencia el día 14 de enero, virtualmente, para darle posesión a Alejandro Giammattei, quien en marzo del 2020 dijo que había que revisar ese mamotreto afirmando que “o lo cambiamos o lo cerramos”. Ya se sabe que las promesas de Giammattei resultaron tan fatuas como aquella expresión de que él no quería ser recordado como otro hijo de tantas más en la historia del país, por lo que no puede causar sorpresa que quien cuestionó a ese foro regional de ninguna utilidad (salvo ser reducto para políticos mafiosos y sus familias), ahora presione para que lo juramenten sobre la marcha para no perder ni un segundo la inmunidad.
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La preocupación se entiende, puesto que si bien dispone de la protección de una Fiscal General que ha sido su Consuelo y tiene un Ángel que es su vínculo principal, teme que le pueda ocurrir lo de Juan Orlando Hernández y que Estados Unidos proceda con toda la información que posee sobre actos de corrupción escandalosos. No olvidemos que a sus socios rusos, los de la alfombra, ya les aplicaron la Ley Magnitsky, no digamos a su pareja, Miguel Martínez, lo que indica que tienen suficiente información como para ir tras él y por ello está urgido de la protección que brinda ese sucio refugio de corruptos.
Los cabildeos para acelerar y realizar virtualmente la toma de posesión como diputado del Parlamento Centroamericano coinciden con la disposición publicada ayer de brindar protección policial a todos los que le acompañaron en su repudiada gestión al frente del Estado, dejando en evidencia la enorme cola machucada que sienten todos los de su equipo. Históricamente, los funcionarios que han ocupado altos cargos de gobierno piden protección cuando enfrentaron mafias, pero en este Gobierno las mafias estuvieron a sus anchas. En el caso presente, casi todos los colaboradores disponen de recursos más que suficientes para cuidarse con lo que amasaron en los muchos y enormes negocios realizados.
Es obvio que hasta el último día de su función Giammattei demostrará la falsedad de todas sus promesas y el cinismo para blindarse él y sus funcionarios con protección ante los riesgos que puedan surgir, no por desempeñar cargos públicos, sino por usarlos para enriquecerse escandalosamente.
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