Editorial
En la imagen, de izquierda a derecha: Miguel Martínez, pareja sentimental de Alejandro Giammattei y exjefe del extinto Centro de Gobierno; Alejandro Giammattei, presidente de la República, y Leyla Lemus, magistrada de la Corte de Constitucionalidad. Foto: Alejandro Ramírez / La Hora

Diez días transcurrieron desde la explosión de una patrulla asignada a la protección de la magistrada de la Corte de Constitucionalidad (CC), Leyla Lemus, sin que se brindara ninguna información oficial sobre el suceso ocurrido el 11 de diciembre exactamente a las 4:45 horas con 0 segundos. El hecho fue expuesto por el Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, en el curso del informe rendido tras la última visita a Guatemala, durante la cual se reunieron con los miembros de la CC.

Una explosión que vale la pena destacar que sucedió cerca del callejón Manchén, ese lugar tan emblemático de la Casa Presidencial, en donde trabaja el presidente Alejandro Giammattei y visita con frecuencia Miguel Martínez.

La Magistrada denunció el hecho y el silencio de las autoridades es altamente sospechoso. El Gobierno de Giammattei ha hecho mucho ruido por “supuestos atentados” que no fueron contra la caravana presidencial, por eso el silencio aquí es preocupante y genera otras preguntas.

Si la explosión resulta altamente sospechosa, sobre todo tomando en cuenta que la magistrada Lemus votó a favor de la resolución de la CC que ordena dar posesión a los funcionarios electos en el proceso electoral, la situación parece ser más que obvia cuando se sabe de ese silencio sepulcral ante un hecho de tal magnitud. En el informe rendido al pleno de la OEA, Almagro dijo: “Las fuerzas que pretendían destruir la transición, tirar al proceso por el precipicio, no prevalecieron. Estas fuerzas de alguna manera continuarán luego del 14 de enero; el atentado frente a la casa de la magistrada Leyla Lemus así lo demuestra”.

Basta ver el video sobre la explosión de la patrulla de la Policía Nacional Civil para entender que se trata de un acto deliberadamente ejecutado y bien planificado. El simple hecho de que el carro estallara exactamente a las 4:45 con 0 segundos permite suponer que el explosivo fue programado, no dejando nada a la casualidad, salvo el error de uno de los perpetradores que se ve en las imágenes que publicó La Hora y al que el fuego parece alcanzarlo.

Sobre una situación de esa naturaleza generalmente se informa con claridad y transparencia, pero en este caso el silencio de las fuentes oficiales fue tan manifiesto que alimenta más las dudas y sospechas. El caso es que la magistrada Leyla Lemus, quien fue nombrada para el cargo por el mismo presidente Alejandro Giammattei luego de que le sirvió desde el inicio de su mandato como Secretaria General de la Presidencia, presentó denuncias desde el día del hecho y llama la atención la versión que fue el mismo Giammattei, en aparente intención de lavar cara, quien le dijo a Almagro del hecho. La Presidencia guarda un silencio preocupante.

El hecho, indudablemente, es mucho más serio de lo que se hace ver en los comunicados del Ministerio de Gobernación y del Ministerio Público e indica que la Corte de Constitucionalidad no está en el bando de la maniobra para destruir la democracia. Pero también confirma los temores de que en el empeño por revertir el resultado electoral están dispuestos a todo.

Pasado el 14 de enero, no olvidemos que puede ser la misma CC la que termine de decidir sobre cualquier pedido de extradición y por eso, el aviso tiene intenciones más allá de revertir el proceso electoral para que VAMOS pueda permanecer en el poder.

Redacción La Hora

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