Editorial, Miguel Martínez.
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Hemos llegado al fin de una semana que resultó muy agitada, luego de la utilización de las protestas por sospechosas acciones que provocaron el grito de fraude en la elección de la Universidad de San Carlos (USAC) como motivo principal para intentar formarles causa tanto al Presidente y la Vicepresidenta electos y, de esa forma, interferir con el resultado electoral. A los antejuicios se suman capturas contra particulares que, viendo la presentación del Ministerio Público (MP), dejan la sensación que se usan como camino para ir tras las futuras autoridades del Ejecutivo.

Las distintas expresiones de los sectores de la sociedad han sido de repudio a la maniobra, situación que se ha repetido a nivel internacional en donde ha sido unánime el rechazo a lo que se califica como maniobras para alterar el orden democrático en el país.

Y lo que más se ha comentado internamente es la celeridad y tenacidad del MP para realizar investigaciones, aún contra personas que por gozar de inmunidad no pueden ser objeto de investigación hasta que se les levante el derecho de antejuicio. Dicen que indagan por delitos que son de acción pública y que no pueden dejar de investigar, pero cuando han conocido algún hecho de posible corrupción que involucran a Alejandro Giammattei, Miguel Martínez y Cía. el carro pasa de 100 kms. por hora a cero en segundos.

Celeridad y tenacidad que ya hubieran querido otras personas que han sido víctimas de alevosos crímenes que permanecen sin ser investigados por las diferentes fiscalías. Ya se va a cumplir un año del asesinato de quien fuera gerente del Hospital Herrera Llerandi y no solo los criminales siguen libres sino que pudieron cometer otro crimen, que tampoco ha sido investigado, contra un médico de esa misma institución, casos que apenas son una muestra de cuán poco importa la vida humana y las operaciones de sicariato.

La forma orquestada en que se viene operando se confirma con la orden de la Corte de Constitucionalidad (CC), cumplida eficientemente por ese Congreso, que no había electo magistrados durante todo su período, para integrar una nueva Corte Suprema de Justicia (CSJ) ya apalabrada para centrar su esfuerzo en procesar a los dos electos para dirigir los destinos del país. La visita de Miguel Martínez al Congreso de la República, el mismo día de esa elección, evidencia la coordinación del Ejecutivo con los diputados para ejecutar lo que parecía impensable, es decir el relevo de una CSJ en la que se mostraron fisuras cuando muchos se excusaron de conocer el antejuicio contra el Tribunal Supremo Electoral (TSE).

Esas y otras excusas detonaron la resolución de la CC para cargarse a quienes no quisieron conformar la Corte en ese momento, situación que debe entenderse para ver el panorama completo de cómo se está operando.

Ahora planean qué pueden llegar a hacer con Silvia Patricia Valdés y Cía. y por eso es que quitar a los magistrados del TSE les atrae porque piensan que la expresidente de la Corte, Valdés, puede liderar los nuevos magistrados del TSE con los que buscarían anular las elecciones desde el ente electoral.

Cierto es que cada día se nota más la soledad del poder al quedarse sin apoyos, pero eso ha significado que aprieten el acelerador para culminar con el plan en marcha.

Y si éstas han sido horas amargas, más lo serán las que se vienen porque la embestida aún no ha terminado.

Redacción La Hora

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