Editorial, Elecciones, Porras y Curruchiche
La jefa y fiscal general del Ministerio Público, María Consuelo Porras Argueta, y el jefe de la Fiscalía Especial contra la Impunidad, José Rafael Curruchiche. Foto: Archivos / La Hora. Diseño: La Hora.

El proceso electoral, que se ha visto seriamente enturbiado por la resistencia a reconocer los resultados de la elección del mes pasado, que colocó en segunda vuelta a la UNE y Semilla, ofrece hoy negros nubarrones, justo cuando se esperaba que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) anunciara de manera formal quiénes irán al balotaje. En las redes sociales, los netcenteros que se caracterizan por trasladar información “misteriosamente filtrada” sobre los pasos que dará el Ministerio Público (MP), vienen anunciando acciones penales contra dirigentes del partido Semilla en un notorio esfuerzo por ponerle nuevas trabas al proceso.

En un auténtico Estado de derecho, los ciudadanos tienen que entender la importancia de la supremacía y majestad de la ley, así como en quienes la interpretan y aplican desde el sistema de justicia. Eso en Guatemala no existe porque, de entrada, las diferentes Cortes no solo tienen un origen espurio, por aquellos pactos entre Baldizón y Sinibaldi que determinaron quiénes serían designados por las Comisiones de Postulación, sino porque esos mismos magistrados han prolongado sus funciones por casi tres años gracias a una movida con los diputados.

Si a ello sumamos el papel altamente selectivo del Ministerio Público en la persecución penal, la cosa se complica más porque queda la utilización de distintos raseros que garantizan impunidad para unos y que se maniobre y manosee la ley contra otros. Por ello es que nacional e internacionalmente se cuestiona la existencia de Estado de derecho en Guatemala, no por ausencia de instituciones, sino por el manoseo que de ellas se hace con los fines más perversos.

Si hay que luchar por construir un verdadero Estado de derecho, primero tenemos que luchar por construir una auténtica democracia en la que impere la voluntad popular.

Si la mayoría de guatemaltecos libremente decide que está bien viviendo en el marco de una cleptocracia, a los que no les gusta no les queda más remedio que resignarse porque de acuerdo a los principios republicanos, aunque la mayoría parezca equivocada, tiene el poder de decisión. Pero si la mayoría de la gente está contra el sistema imperante, es necesario que se respete su voluntad y se acate.

Insistimos que entre gente que no votó porque no cree en el sistema actual, los votos nulos de rechazo y los votos a favor de un candidato que no estaba ni en el radar de las encuestas, la voluntad termina siendo manifiesta.

Se viven horas críticas por las anunciadas acciones del MP, hechas por quienes han demostrado tener impacto directo en la Fiscalía General.

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