Una de las reglas más cuestionadas de nuestro modelo político es la famosa campaña anticipada que termina siendo, en realidad, una campaña limitada que sirve de mucho a los que ya han corrido en otros procesos y no permite el surgimiento y proyección de nuevas figuras. De hecho, los gobernantes guatemaltecos, salvo el caso de Jimmy Morales que fue electo en un proceso anormal porque se produjo luego de la captura del presidente y la vicepresidenta, han llegado al poder luego de haber sido candidatos fallidos en el pasado.
Para hoy estaba previsto un foro organizado por la Asociación de Gerentes y los medios Prensa Libre y Guatevisión, pero fue cancelado porque los punteros, todos candidatos reincidentes, no quisieron asistir y los organizadores no consideraron importante un foro sin ellos, dejando en el aire a los que hacen esfuerzos por proyectarse en su primera participación sin haber hecho campaña anticipada. Los punteros saben que tienen mucho que perder en ese tipo de eventos y para ellos ya fue suficiente lo hecho hasta ahora, cuando faltan 15 días para el evento electoral.
Hemos dicho varias veces que una característica de nuestra política es la ausencia de debates y de propuestas concretas sobre los grandes temas de interés nacional y también hemos criticado esa perniciosa idea de que los políticos deben cerrar la boca durante cuatro años para no ser cancelados por hacer campaña anticipada. El político tiene que estar en el escenario siempre, debe opinar y expresarse sobre la realidad de sus pueblos, pero en Guatemala los poderes que controlan el sistema saben que eso puede traer sorpresas por el surgimiento de nuevas figuras que lleguen sin haber hecho pactos con el diablo.
En realidad se nota que se ha diseñado un modelo justamente para que nada se salga del guacal, como decimos corrientemente en Guatemala; se favorece a las figuras que ya dieron muestras de cuáles son sus tendencias y compromisos, sacrificando la posibilidad de cambios. La gente se tiene que conformar con las figuras conocidas porque no hay real espacio para que surjan nuevos actores en el escenario, toda vez que se les obliga a permanecer en silencio hasta la famosa convocatoria a elecciones.
Por supuesto que hay mucho que cambiar en el país en cuanto a la normativa de la participación política, pero es importante que se facilite a la gente ir conociendo a las figuras nuevas que puedan ser de refresco y no que se les condene a tener que escoger entre los que ya tuvieron la oportunidad, no solo de participar, sino de negociar.