Autopista de Palín-Escuintla pasa a cargo del Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV)
Autopista de Palín-Escuintla pasa a cargo del Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV) el 01 de mayo de 2023, según el acuerdo ministerial 438-2023. Foto: La Hora / AGN

En muchos países desarrollados del mundo, el Estado cobra peajes para financiar el mantenimiento de ciertas carreteras y quienes las usan lo pagan sin quejas porque el excelente mantenimiento que se da a las rutas lo compensa.

Tanto en Europa como en Estados Unidos, las principales vías, las más utilizadas, tienen cobro de peaje que, además, se hace con alta tecnología para evitar las tediosas e interminables colas de las garitas de peaje.

Desde ese punto de vista nada extraño tendría que el Gobierno de Guatemala, al terminar la concesión de la Ruta Palín-Escuintla, decidiera seguir cobrando el peaje. Al fin y al cabo la carretera misma se construyó con fondos públicos y el peaje ha servido para su mantenimiento, al punto de que es, sin menor asomo de duda, la ruta mejor mantenida de todo el país aún y cuando en los últimos años le faltó la señalización para el tránsito nocturno.

Viendo la infraestructura vial de Guatemala, responsabilidad de la Dirección de Caminos, uno tiene que pensar que la entidad no tiene la menor preparación ni capacidad para mantener esa ruta en el estado que actualmente tiene. Y es que la destrucción de la red vial no es por falta de recursos, sino simple y sencillamente porque en el sector público la corrupción es la gran consumidora de los recursos y nadie puede pensar que con una ruta con peaje va a ser distinto.

Repetimos que el peaje estatal no es ninguna novedad y que existe alrededor del mundo, pero cuando uno ve cómo están la mayoría de carreteras de Guatemala, tiene fundadas razones para oponerse a que se cobre un peaje que, se puede anticipar, no va a usarse debidamente porque llegará a engrosar el bolsón de donde salen los millones que llenan maletas que se reparten Ministros con los Presidentes.

El problema de fondo, entonces, no es que el Estado cobre peaje como lo hacen muchos Estados del mundo, sino la certeza de que en Guatemala, con el régimen de impunidad que se ha establecido para quienes se roban el dinero público, ese dinero no será bien usado, dejando que la ruta se deteriore como la mayoría de los caminos del país.

Hoy, en plena campaña, muchos dicen que la ruta debe ser gratuita y todos dirán que, en cualquier caso, ellos harán buen uso del dinero, pero las diez campañas anteriores nos dejan como lección que nada de lo que ofrecen lo cumplen al llegar al poder y que cada uno de los gobiernos electos en ellas se ha lucido por ser más corrupto y cínico que el anterior.

Urge ver más allá y tomar una decisión integral y transparente con relación a la Autopista antes que sea demasiado tarde y la misma se “pierda” en manos del Estado donde solo verán cómo hacen un súper negocio con el peaje.

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