China, la India y Rusia son los mayores contaminadores de metano en el planeta. Foto La Hora/AFP

La ola de calor que está afectando al hemisferio norte ha causado ya muertes y hace recordar que ese fenómeno se está repitiendo cada vez con más frecuencia durante la época de verano, lo que pone sobre el tapete la grave crisis ambiental que empieza a hacer estragos para la humanidad.

Todo ello debiera generar una mayor preocupación de los gobiernos por el medio ambiente para revertir los daños que el mismo desarrollo y la actividad humana causan.

Hay que recordar que hubo avances importantes que se plasmaron en los acuerdos globales para preservar el medio ambiente, pero sufrieron un serio retroceso cuando Estados Unidos se apartó de ellos durante la pasada administración. Pero también hay que ver que si bien son los países más desarrollados los que hacen mayor daño ecológico, existen situaciones como la de la contaminación del Río Motagua que lanza a Honduras toneladas de desechos sin que las autoridades guatemaltecas muevan un dedo para reaccionar ante los reclamos del vecino país.

En nuestro caso no tenemos ninguna política pública para el tratamiento de desechos, ni líquidos ni sólidos, lo que impide que podamos hacer aportes significativos a la protección del ambiente. No generamos tantos gases contaminantes como los grandes países, pero en proporción a nuestro tamaño somos más nocivos que aquellos que tienen cientos de millones de autos circulando por su territorio.

Carecemos de programas hasta en el campo de la educación cívica para ilustrar a las personas en temas tan sencillos como eso de andar tirando basura por la calle como si nada. Hemos comentado cómo el guatemalteco en las instalaciones del Irtra es cuidadoso y respetuoso, depositando su basura en los lugares indicados, porque allí así se exige. Pero media vez salen a la calle muchos vuelven a la práctica odiosa de tirar por todos lados sus desechos.

Puede parecer muy poca cosa, pero lo que cada individuo en el mundo aporte para proteger el ambiente es crucial en esta etapa de descalabro que ya está matando gente por las olas de calor que se extienden por casi todo el hemisferio norte en esta época del año y que dentro de seis meses afectarán a los habitantes del hemisferio sur. Si los fenómenos de El Niño y La Niña no nos hicieron abrir los ojos, tal vez estas abrumadoras temperaturas surtan algún efecto y nos hagan comprender que todos y cada uno de nosotros tenemos aportes que realizar y que la suma de esos cambios de actitud será fundamental para contener el deterioro masivo del medio ambiente universal.

Redacción La Hora

post author
Artículo anteriorMartínez, Arzú, McFarland, la lista y Giammattei
Artículo siguienteRepatriarán a ocho guatemaltecos que fallecieron en furgón en Texas