Tras haber consumado el fraude en la elección de Rector de la Universidad de San Carlos, impidiendo el triunfo del candidato Jordán Rodas que es ajeno a la alianza perversa, ahora el Congreso inicia el trámite para su destitución que es, sin duda alguna, el preludio de otras acciones legales en su contra que serán sugeridas por los netcenteros que controlan al Ministerio Público, instruyéndolos sobre a quién deben perseguir.
La decisión del oficialismo, integrado no sólo por un puñado de partidos con representación parlamentaria sino también por poderosos grupos del poder paralelo que sempiternamente ha operado en Guatemala, es que aquí no debe quedar ningún santo parado, como reza el viejo dicho popular. Y por ello es que harán todo lo que esté en sus manos para destruir al hasta hoy Procurador de los Derechos Humanos quien, en legítimo ejercicio de sus funciones constitucionales, ha sido una de las voces más críticas de un gobierno que ha vulnerado infinidad de derechos de la población, empezando por el mismo derecho a la salud, seriamente vulnerado como consecuencia del mal manejo de la pandemia que golpea aún a la humanidad.
El período del Procurador Jordán Rodas está por terminar, pero no es suficiente que se vaya del cargo, sino que se tiene que ir echado, para que haya un claro mensaje de lo que le espera a cualquiera que no se someta a los dictados de quienes tienen el control de todas las instituciones públicas. Y nos tememos que tampoco será suficiente su destitución, puesto que el mensaje tiene que ser más profundo, más claro, a fin de que todo mundo entienda que quien muestra signos de inconformidad con el sistema tendrá que soportar la persecución penal espuria dirigida por el Ministerio Público, ese mismo que diligentemente ha enterrado casos que involucraban al gobernante y su círculo íntimo, pero que va mucho más allá de la cacareada vigilancia cuando se trata de arremeter contra los críticos del régimen.
Es por ello que hay varios operadores de justicia que tuvieron que buscar el asilo político en algún otro lugar del mundo para librarse de la persecución y está por verse qué casos son los que arman en contra de Jordán Rodas porque, repetimos, es alguien que ha sido molesto para los poderes coaligados para asegurar la cooptación del Estado de manera que aquí la corrupción sea fácil y que la impunidad sea una garantía para quienes pudieran verse involucrados en hechos que legalmente demandan y ameritan una investigación penal.