Carmen Lucía Vásquez es estudiante de Ciencias Químicas y Farmacia en la Usac. Ahora recuerda su aporte a la vacunación en Guatemala. Foto La Hora

Durante dos meses Carmen Lucía Vásquez fue voluntaria en el puesto de vacunación del Polideportivo de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac), uno de los centros de inmunización más grandes en la Ciudad de Guatemala. Además de ser su primera experiencia de servicio médico, Carmen Lucía recuerda su aporte con orgullo y lo considera su granito de arena para ayudar a mitigar la crisis del coronavirus en el país.

Carmen Lucía es estudiante de Ciencias Químicas y Farmacia en la Usac y fue voluntaria en el puesto de vacunación durante agosto y septiembre de 2021. Ella supo de la iniciativa a través de una convocatoria interna organizada por la asociación de la facultad y, al ser estudiante y trabajadora, escogió brindar su servicio los sábados de 7:30 de la mañana hasta las 13:30 horas.

 

El centro estaba dividido en subáreas: revisión de datos de las personas en la fila; vacunación virtual, es decir, el registro digital; y la vacunación física. “Yo estuve en la cola revisando datos y en la vacunación virtual. La vacunación física se les dejó a personas de carreras como odontología o química biológica”, explicó.

UN PRIMER DÍA ATÍPICO

Lucy comenzó a trabajar la primera semana de agosto de 2021, cuando recién se oficializó la vacunación para estudiantes universitarios de Guatemala. Ese primer sábado fue marcado por un inconveniente con una paciente, quien aseguró que era estudiante, aunque, según contó la exvoluntaria, no fue así.

“Fue el primer sábado justamente. En ese tiempo solo estaba la vacunación para estudiantes, todavía no para menores de 30. Llegó una muchacha, yo pasé a darle su hoja de consentimiento y a revisar que estuviera registrada en el sistema para su primera dosis y me dijo: ‘no, es que yo vengo a vacunarme’, y yo como: ‘ajá, pero no me aparece registrada’”, relató.

La estudiante aportó en jornadas de vacunación en el Polideportivo de la Usac, un puesto poco conocido. Foto La Hora/Carmen Lucía Vásquez

La mujer tomó su teléfono celular y abrió la aplicación TikTok para luego buscar un video que retrataba un carné de vacunación y enseñárselo a Carmen Lucía. “Aquí está mi constancia”, indicó a Lucy al pausar el video. Ella reconoció la aplicación y el fondo sonoro del video; además, el documento del audiovisual no era propio de una persona con la primera dosis administrada.

“Yo le dije: ‘ah, entonces ya se puso la primera dosis’ y ella me dice que no, que se venía a poner la primera dosis. ‘Pero si ya le dieron carné es porque ya se puso la primera’, le dije y no, que venía por la primera, que esa era su constancia de registro”, detalló.

A pesar de las explicaciones de Carmen Lucía, la mujer sostenía que era su turno de recibir la vacuna contra el COVID-19, por lo cual, el encargado del puesto habló con ella hasta que finalmente se retiró.

En aquel entonces la vacunación en el país estaba avalada para mayores de 40 años y únicamente estudiantes entre los 18 y 39 años. Lucy reconoció que la pandemia generó en la población un sentimiento de urgencia por adquirir el inmunizador, por lo cual infirió que quienes intentaron adelantarse a su fase lo hicieron por la incertidumbre del Plan Nacional de Vacunación.

“La gente al ver que estaban vacunando a estudiantes pensaron que fácil podían decir que estudiaban y ya. También estaba esa desesperación, pero uno entiende que hay fases y ¿a quién no le hubiera gustado estar vacunado desde las primeras vacunas que vinieron?”

Carmen Lucía Vásquez

UN PROCESO CASI “EN AUTOMÁTICO”

La mayoría de los sábados fueron bastante normales para Lucy, aunque un tanto agotadores a su parecer. El Polideportivo contaba con ocho mesas (áreas de vacunación), cada una con su registro individual. En días con menor afluencia de pacientes y/o voluntarios se habilitaban menos mesas, a veces siete y otras seis.

“La gente pasaba muy rápido; casi no se hacía cola. Eso siento que era una gran ventaja. Siempre sobraban”, indicó. La exvoluntaria agregó que durante las jornadas menos concurridas era necesario esperar grupos de diez personas para abrir un paquete de vacunas, pues una vez se destapa un set de diez vacunas, todas deben utilizarse. En algunas ocasiones tomaba una hora conformar los grupos.

El día de menor flujo Lucy registró solo a 40 personas en su mesa, contrario al día con mayor afluencia, donde se atendieron hasta 160 personas en su área.

“Recuerdo el día que llegó más gente. Estaba llenando carnés físicos y, de verdad, mi mano no la aguantaba. Todo era como en automático porque uno iba llenando uno -carné- y lo tenía que entregar, venía otra persona y tenía que llenar otro. La vacunada tomaba segundos, en cambio lo otro sí tomaba más tiempo”, describió.

UN PACIENTE ENGOMADO Y UNA MUJER ARREPENTIDA

Probablemente el caso más gracioso para Lucy fue el de un hombre que llegó al puesto de vacunación con resaca de alcohol. Bajo esta condición, según médicos, no es aconsejable administrar la vacuna, pero el joven probó su suerte de todos modos.

“Hubo una persona que había llegado de goma y preguntó si podía vacunarse así. Obviamente le dijeron que no. Esa fue la que más me dio risa”, contó con hilaridad.

Otros casos extraños incluyen la vez que una mujer, justo antes de aplicarse la vacuna, se levantó de la silla y se fue, pero, según especificó Lucy, inmediatamente se dirigió al área de recepción de constancias de inmunización.

 

“Hubo una señora que llegó, se vacunó virtual y ya casi le iban a poner la vacuna y se fue. Pero luego se fue al área donde dan el carné físico y lo estaba pidiendo y rápido avisamos que ella no se estaba vacunando. Se borró su vacunación virtual y no se le dio carné físico porque no se vacunó”, resumió.

Lucy especuló que quizá la señora necesitaba la constancia, mas nunca conoció las razones de la mujer. De manera similar, otra persona esperó en la cola como el resto, pero, casi al terminar su registro virtual preguntó: “ay, pero, ¿cuál [vacuna] están poniendo?” y ese día solo se contaba con la vacuna rusa Sputnik V; la persona respondió: “ah, no; vuelvo otro día” y se fue del lugar.

EL USO DE LAS REDES SOCIALES PARA ATRAER PACIENTES

Carmen Lucía, conocida también en redes sociales como caluuzy utilizó su perfil de Twitter para difundir información sobre las vacunas disponibles en el Polideportivo de la Usac. Cada día Lucía obtenía información actualizada mediando el grupo de WhatsApp de voluntarios y también publicaba fotografías desde su mesa en el centro.

Uno de sus tuits más virales data del 7 de agosto, cuando invitó a la comunidad mayor de 35 años a vacunarse en el puesto de vacunación, ya que se disponía de la vacuna Moderna y estaba vacío. La publicación obtuvo 1,451 likes y 437 retuits.

“Yo siento que sí fue bastante importante la difusión de la información en redes sociales porque había gente que no estaba enterada de la existencia del Polideportivo, gente que incluso vive cerca y que le quedaba bien ir ahí tampoco sabía”

Carmen Lucía Vásquez

Caluuzy publicó varios tuits en otras fechas, algunos rebasando las mil interacciones. Ella concluyó que el desempeño de las publicaciones dependía de la marca de vacuna disponible. “Hubo fines de semana que como 40 retuits, entonces era como más complicado. Algo bien importante era la vacuna que había; ya cuando se quedó Sputnik y AstraZeneca ya no llegó tanta gente como cuando había Moderna”, distinguió.

Debido a sus publicaciones, Carmen Lucía fue contactada por Ximena Lainfiesta, comunicadora de la iniciativa ALMA, una plataforma de información sobre las vacunas disponibles en Guatemala. Lucy obtenía información en su grupo de WhatsApp y luego la trasladaba a Ximena, para así actualizar diariamente a la comunidad internauta sobre la cantidad y tipo de dosis disponibles en el puesto de la Usac.

Carmen Lucía Vásquez dedicó varias horas durante dos meses a colaborar con el plan de vacunación contra el COVID-19. Foto La Hora/Carmen Lucía Vásquez

DOS MESES DE ENTREGA SIGNIFICARON LA MAYOR SATISFACCIÓN

El centro de vacunación en el Polideportivo de la universidad fue habilitado hasta el 29 de octubre de 2021, pero a inicios de octubre la modalidad de atención cambió a un horario de atención entre semana. Como Lucy trabajaba y disponía de poco tiempo entre lunes y viernes, no pudo continuar el voluntariado durante su último mes de funcionamiento.

Más que una rutina sabatina, la joven recordó sus dos meses de servicio como una actividad gratificante, destacando la satisfacción personal de poder colaborar en la recuperación del país frente al coronavirus.

“Fue algo como bastante gratificante para mí porque al final es un voluntariado y uno no iba pensando que le iban a pagar o algo así. Fue la manera que encontré de aportar a toda esta situación que nos ha afectado a todos. Poder sentir que hice algo directo, porque es como lo que nos va a ayudar a salir de esto, es algo muy satisfactorio”, confesó entre sonrisas.

 

Jeanelly Vásquez
Periodista profesional de la USAC, actualmente cursando la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación. Becaria en International Women’s Media Foundation (IWMF). Elabora piezas de investigación y profundidad, enfocadas en el gasto público, derechos humanos y la política guatemalteca. Tiene experiencia en producción de podcast y contenido en redes sociales; ha cubierto la fuente volante y el Organismo Ejecutivo. Twitter: @jeanellydvg
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