Orlando
DPA
Las autoridades de la ciudad de Orlando han identificado con nombres y apellidos a 48 de las 49 víctimas mortales, la mayoría de ellas hispanas, del ataque perpetrado ayer en el club gay Pulse durante una fiesta latina.
La mayoría de las víctimas mortales eran menores de 30 años, hombres y más de la mitad eran hispanos. Los fallecidos tenían entre 21 y 50 años. El club Pulse, popular entre la comunidad homosexual de Orlando, celebraba el sábado su noche latina.
Las autoridades de la ciudad de Orlando están haciendo públicos los nombres de las víctimas, después de contactar con sus familiares. De momento, se han hecho públicos los nombres de 33 de los fallecidos.
La masacre ocurrió la madrugada del sábado al domingo cuando el atacante, Omar Mateen, abrió fuego con un rifle AR-15 en el interior del club gay Pulse, dejando también un balance de 53 heridos.
Según la organización sin ánimo de lucro Orlando Health, 43 de los heridos siguen hospitalizados y seis de ellos serán operados hoy.
El atacante, un estadounidense de 29 años de origen afgano, también murió durante el asalto, tras ser abatido por la policía, elevando el número de muertos a 50. Se trata del mayor tiroteo registrado hasta ahora en Estados Unidos.
La policía confirmó que después de los primeros disparos Mateen llamó al número de emergencias 911 para asegurar que actuaba en nombre del Estado Islámico (EI).
POLICÍA DE ORLANDO DEFIENDE QUE SU ACTUACIÓN SALVÓ VIDAS
La policía de la ciudad estadounidense de Orlando defendió hoy su actuación durante el ataque cometido contra un club gay en la madrugada del domingo y confirmó que las víctimas son 49, a las que se suma el responsable del tiroteo, que fue abatido.
Además hubo 53 heridos, informó en una conferencia de prensa el jefe de la policía local, John Mina.
El funcionario explicó que la pared exterior de un baño tuvo que ser derribada con un vehículo blindado. Previamente la policía había intentado hacer un agujero con explosivos para salvar a un grupo de personas que el atacante, Omar Mateen, había encerrado allí.
Sin embargo, la detonación no bastó para hacer un boquete lo suficientemente grande, por lo que los agentes se lanzaron con el vehículo contra el muro. «En ese momento teníamos la impresión de que si no lo hacíamos iban a morir más personas», dijo Mina.
Por el hueco escaparon varios de los asistentes a la fiesta que se celebraba en el local. El atacante, de 29 años, también salió del edificio por el mismo agujero, con dos granadas de mano y disparando. Entonces fue abatido.
