DHAKA, Bangladesh
AP
Las autoridades de Bangladesh detuvieron a unos 1 mil 600 presuntos delincuentes, entre los que se creía que había radicales islamistas, en una operación en todo el país que pretendía acabar con los brutales ataques contra activistas y minorías, informó el sábado la policía.
Los ataques —incluidos los asesinatos de dos hindúes en la última semana— han alarmado a la comunidad internacional y planteado dudas sobre si el gobierno secular del primer ministro, Sheikh Hasina, puede mantener la seguridad para las minorías en el país de mayoría musulmana suní.
Policías y fuerzas paramilitares se desplegaron por todo el país el jueves por la noche para asaltar posibles bastiones de milicianos y detener a unas 1 mil 600 personas en 24 horas. Sin embargo, la mayoría de los detenidos se describieron como delincuentes comunes. Sólo 37 de ellos eran supuestos milicianos islamistas radicales, indicó el portavoz de la policía Kamrul Islam. Entre ellos están tres personas acusadas de pertenecer al ilegalizado grupo armado Jama’atul Mujahideen Bangladesh.
Ninguno de los detenidos está acusado de ser un líder miliciano responsable de organizar u ordenar los ataques. Todos los detenidos estaban encarcelados.
El gobierno de Hasina ha sido criticado por no procesar a los sospechosos de al menos 18 asesinatos cometidos en los últimos dos años. Entre las víctimas había blogueros ateos, cooperantes extranjeros, profesores de universidad, activistas defensores de los derechos de los homosexuales y miembros de minorías religiosas como hindúes, cristianos y musulmanes chiíes.
Hasina había anunciado la campaña contra grupos armados luego que la esposa de un superintendente de policía fuera asesinada con disparos y armas blancas el 5 de junio, cuando esperaba con su hijo en una parada de autobús.