Gladys Monterroso
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“Una de las cosas más afortunadas que te pueden suceder en la vida es tener una infancia feliz” Agatha Christie.
Mientras tanto el MP como la CSJ, andan lamentándose por falta de presupuesto, infinidad de casos se encuentran varados, de alto, medio o mínimo impacto, pero que afectan emocional y psíquicamente a las personas que se encuentran viviendo un conflicto, tanto el MP como el Juez Quinto de Primera Instancia de la Niñez y Adolescencia, decidieron hacer comparecer a un niño de apenas cuatro años de edad, por el terrible delito de causarle una herida en el pulgar izquierdo a una compañerita.
Acá existen varios aspectos a analizar:
a) La severidad de los padres de la menor “lesionada”, al presentar la denuncia ante el MP directamente, sin analizar que un niño de cuatro años está formándose, que no es constitutivo de delito una situación entre niños, y que se deben resolver estos problemas que no solamente su hija ha vivido en el ámbito de la conciliación con maestros y los padres del niño, ¿Qué sentirían ellos si fuera al contrario? Sé que responderán que han educado bien a sus hijos, todos los padres lo creemos así, pero no existen escuelas para padres y todos cometemos errores en esa labor, que decidimos realizar hasta el último día de nuestra vida, nadie se encuentra exento de errar.
b) El hecho que el MP, con tantos casos de violaciones de menores, refrendado por la misma institución que establece el dato de 31 violaciones sexuales diarias, siendo el 64% de menores lo que significa, la dolorosa cantidad promedio de 20 niños y niñas violadas diariamente, hágame favor, esos casos denunciados, se archivan, mientras le ponen diligencia al caso antes mencionado, ¿Cuál es el mayor valor tutelado por ustedes señores del MP, la violación de 20 niños y niñas diarias, o la falta cometida por un niño de cuatro años?, inconsistencias de un sistema obtuso y deprimente.
c) El rápido diligenciamiento del MP en este caso, ya que la denuncia fue presentada en abril y el 23 de mayo el niño fue presentado ante el Juez, quien por esa mala práctica legislativa, no tiene derecho a tomar decisiones sobre la legitimad de un caso, ya que tiene que acatar y correr audiencia en todos, léase bien todos los casos que presenta para su diligenciamiento el sacrosanto MP, sé que a muchos molestará mi critica al sistema, por el buen trabajo que está realizando la actual jefa del MP, pero la institución no es infalible, y como seres humanos comete horrores como el presente, ya que, aunque la petición en el memorial adolecía de incongruencias en cuando el delito o infracción señalada con relación a lo que estable el Código Penal, el Juez por temor tanto al MP como a la CICIG, le dio trámite a la misma, ¿Por qué? Porque no existe, no ha existido, y por lo visto no existirá la tan cacareada “Independencia Judicial”.
d) Según estudios psicológicos, someter a un infante de tan corta edad ante un proceso, como el que desafortunadamente, le tocó vivir al niño acusado como cualquier maleante, que rondan en las altas y las bajas esferas de la sociedad, traerá consecuencias en la vida de cualquier niño, más aún si como en el presente caso el niño no mató a nadie, no cometió delito alguno, a su corta edad no sabe aún ni que es un delito.
e) La PDH para variar es nula en este tipo de casos, una institución inoperante, en la que el actual Procurador ha pasado con más pena que gloria lo que lleva de su gestión, cuyas acciones que tienen un fondo moral, son nulas hasta el momento, ¿Qué hace el PDH por la niñez guatemalteca? Nada, ¿Qué hace la Defensoría de la Niñez, que producto entrega a la sociedad? Ninguno.
Lo anteriormente expuesto desnuda un sistema que no responde a las verdaderas necesidades de la sociedad, ya que no cumple con los más mínimos objetivos para los que cada institución fue creada, por lo que cada día como sociedad nos sentimos menos comprometidos con un sistema anacrónico, ilegítimo aunque legal, intolerante e inoperante.