POR GRECIA ORTIZ
gortiz@lahora.com.gt

Si “el agua es fuente de vida”, como se dice popularmente, entonces millones de guatemaltecos estarían en serio riesgo de muerte, debido a que 3 millones 774 mil no tienen acceso al recurso de forma suficiente, saludable y asequible. Las historias contadas en este reportaje exponen una difícil realidad que se multiplica en todo el país, pero que golpea principalmente a la población rural.

A los 14 años, Patricia Raquec conoce perfectamente qué significa librar la lucha diaria para conseguir el agua, un recurso esencial para su supervivencia y la de su numerosa familia, como ocurre con otros millones de familias guatemaltecas de escasos recursos.

La familia Raquec forma parte del grupo de los 3 millones 774 mil guatemaltecos que no tienen acceso a fuentes de agua adecuadas, lo que evidencia la precariedad en los sistemas de agua y saneamiento.

En la humilde vivienda de Patricia, ubicada en el cantón El Replan, en Chinautla, Guatemala, el servicio de agua solo está disponible por unas horas, dos días de cada semana, pero a pesar de esa limitación su familia ya se siente afortunada, pues otros vecinos no cuentan con el servicio en sus hogares.

El resto del tiempo la adolescente, junto con sus hermanos, debe buscar el líquido en ríos y tuberías averiadas, con la esperanza de conseguir la cantidad mínima que le permita subsistir a su familia.

Patricia fue entrevistada por La Hora Departamental justo cuando se encontraba a un costado de la carretera, en donde hacían fila junto con otros niños para llenar recipientes con agua.

Los menores parecían felices porque en un terreno público encontraron agua brotando de un tubo que estaba quebrado, y que a primera vista no parecía estar limpio.

“En la casa somos ocho hermanos, que vivimos con mis papás, pero también con mis tíos y más familiares; por eso mi mamá siempre me manda a traer agua con mis hermanos”, explicó.

La adolescente se siente feliz cuando consigue unos cuantos baldes con agua, pero entiende bien que la contaminación es una amenaza para su vida. “Hace unos meses me enfermé del estómago y también habían unos primos que estaban igual, decían que fue por el agua”, relató.

Patricia recuerda que el agua siempre fue escasa en su vivienda, especialmente en la época seca, y por eso ahora ve con esperanza las primeras lluvias del invierno.

EL LÍQUIDO PARA VIVIR

Guatemala es uno de los países que posee una gran cantidad de recursos hídricos, no obstante el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN), advierte que un estimado de 40 por ciento del agua presenta algún grado de contaminación.

De esa cuenta, el acceso al agua es un problema para millones de familias guatemaltecas, principalmente de las clases media y baja, que tienen menos posibilidades para pagar por el servicio de calidad.

De acuerdo con un informe de la Procuraduría de Derechos Humanos, tan solo un 16 por ciento del agua del país está destinada hacia el consumo humano de los más de 17 millones de habitantes.

La Encuesta de Condiciones de Vida correspondiente a 2014, realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) destaca que solo un 77.8 por ciento de guatemaltecos –13 millones 226 mil habitantes– tienen acceso a fuentes de agua mejoradas –es una fuente que por el tipo de construcción protege apropiadamente el agua de la contaminación exterior, en particular de la materia fecal– y de abastecimiento del vital líquido.

El acceso a agua mejorada por área de residencia en el área urbana, en promedio, es del 89.1 por ciento, en un nivel bastante superior al rural, teniendo en cuenta que el mismo alcanza carca de un 64.4 por ciento.

Los departamentos que registran mayor acceso a mejores fuentes de abastecimiento de agua son Guatemala, Sacatepéquez y Sololá, mientras que Alta Verapaz tiene un índice de 21.4 por ciento tiene acceso a saneamiento mejorado, seguido de Totonicapán que registra un 30.1 por ciento.

AGUA TODOS LOS DÍAS

En la zona 2 capitalina, Isabel Balam, propietaria de una pequeña tienda de abarrotes, explicó que todos los días dispone del servicio de agua potable.

“Aquí todos los días cae agua y siempre ha sido así. Yo soy de Santa Cruz del Quiché. Allá en mi pueblo el agua escaseaba; para tomar y para sembrar era difícil, por eso es que les digo a mis hijos que debemos cuidarla y no desperdiciarla”, explicó.

Por el servicio, Balam dice que paga un estimado de Q200 al mes, cifra que varía según el consumo del hogar. “Yo siempre trato de ahorrar; el agua hay que cuidarla y no malgastarla aunque caiga todos los días”, reiteró.

Aunque no todas las zonas de la Ciudad de Guatemala cuentan el servicio diario, tal como se comprobó en una serie de entrevistas en donde residentes manifestaron que tienen agua en intervalos de un día.

María José Salas de Empagua, comentó que solo en el municipio de Guatemala hay otra empresa que distribuye el vital líquido, en la institución aseveró que hay más de 200 mil cuentas de las cuales hay varios medidores que van dirigidos a un edificio u otro.

Salas añadió que Empagua no maneja racionamiento de agua, y lo que hacen es distribuir de una forma equitativa y justa a las áreas de cobertura, “distribuimos la totalidad de la producción.

EL ÁREA RURAL EN DESIGUALDAD

La PDH señaló en su informe que, aunque en los últimos años la población tiene más acceso al agua potable y a redes de drenaje, la cobertura aún resulta siendo inequitativa al comparar el área rural y urbana.

“Mientras que el 97.1% de los hogares del dominio urbano metropolitano están conectados a una red de distribución de agua, solo el 67.3% de los hogares del área rural lo están”, según el INE.

Guatemala no cumplió con reducir a la mitad para 2015, la proporción de personas sin acceso sostenible a servicios básicos de saneamiento, según lo establecido por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODM).

Y es que en este aspecto el país no logro cumplir con la meta establecida ya que en 1990 el 47 por ciento de la población no tenía acceso a la misma, en tanto para el año pasado la cifra solo avanzó hasta 17 puntos.

En cuanto a las principales causas de contaminación del vital líquido la magistratura de conciencia, señaló la falta de tratamiento de aguas residuales y el mal manejo de desechos sólidos, y que con muestras tomadas del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, se determinó de acuerdo a muestras que un 50% de las aguas en cabeceras municipales están contaminadas con bacterias.

Una supervisión realizada a 29 comunas en el país por parte de la PDH, señaló que al menos 12 de ellas no cuentan con planta de tratamiento de aguas residuales.

La PDH cita que el Sistema de Información de Vigilancia del Agua (SIVIGUA), realiza un conteo de los sistemas de abastecimiento de agua para el consumo humano, solo en el sistema urbano existen 1 mil 604, de los cuales 1 mil 597 están registrados, en tanto existen 8 mil 301 sistemas rurales, de los cuales 5 mil 117 están registrados.

Sobre la potabilidad del agua, ese sistema reportó que 1 mil 156 un 72.07 por ciento del total de los sistemas urbanos, eso quiere decir que el resto no cuentan con equipo de desinfección, mientras que en lo rural se estima que solo un 16.38 cuenta con este requerimiento.

El resultado de los mismos según esa institución, coloca a las poblaciones del área rural en una condición de desigualdad que debe ser reparada.

EXISTE UN DEBATE QUE NO SE TOCA

El experto en políticas públicas, Ronalth Ochaeta, señala que la problemática del acceso al agua y saneamiento evidencia la inequidad que impera en la sociedad, teniendo en cuenta que la disponibilidad del vital líquido es un derecho de todas las personas, pero se ha convertido en un privilegio.

Ochaeta expresó que queda esperar que se logré legislar el tema porque “tenemos un serio problema en cuanto a gobernabilidad ambiental”, en donde el Estado debe garantizar que las personas tengan acceso de manera equitativa.

“Se tiene que crear un tema de autoridad, un ente que regule eso, porque resulta ser que no existe quien controle las fuentes de agua; podemos decir que existe cierto nivel de cobertura pero no hay garantía de a quien le llega el agua”, dijo.

“Qué casualidad que en los centros comerciales exista demanda de agua permanente, pero que casualidad que en los hogares de clase media, clase media baja, tienen problemas de acceso al agua. Existe un debate que no se toca, el agua es un bien público y no privado”, dijo.

La defensora María Mendoza de la PDH indicó que no es lo mismo decir que se tiene acceso a agua entubada, a que la misma sea potable y apta para el consumo humano.

Asimismo dijo que, aunque las municipalidades no presten los servicios, deberían verificar que el servicio que se da sea apto para el consumo de la población, en ese sentido expresó que cuando reciben denuncia de alguna anomalía la reportan y dan seguimiento para resolver.

La representante de la PDH añadió que el costo que se debería de pagar por el servicio de agua no debería superar el 3 por ciento de los ingresos de la familia basado en los derechos que se tienen.

EL DERECHO AL AGUA

De acuerdo con la Organización de Naciones Unidas se debe reconocer formalmente un derecho humano al agua. Este tiene varias características:

Suficiente. El abastecimiento de agua por persona debe ser suficiente y continuo para el uso personal y doméstico. Estos usos incluyen de forma general el agua de beber, el saneamiento personal, el agua para realizar la colada, la preparación de alimentos, la limpieza del hogar y la higiene personal. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), son necesarios entre 50 y 100 litros de agua por persona y día para garantizar que se cubren las necesidades más básicas y surgen pocas preocupaciones en materia de salud.

Saludable. El agua necesaria, tanto para el uso personal como doméstico, debe ser saludable; es decir, libre de microorganismos, sustancias químicas y peligros radiológicos que constituyan una amenaza para la salud humana. Las medidas de seguridad del agua potable vienen normalmente definidas por estándares nacionales y/o locales de calidad del agua de boca. Las Guías para la calidad del agua potable de la Organización Mundial de la Salud (OMS) proporcionan la bases para el desarrollo de estándares nacionales que, implementadas adecuadamente, garantizarán la salubridad del agua potable.

Aceptable. El agua ha de presentar un color, olor y sabor aceptables para ambos usos, personal y doméstico. […] Todas las instalaciones y servicios de agua deben ser culturalmente apropiados y sensibles al género, al ciclo de la vida y a las exigencias de privacidad.

Físicamente accesible. Todo el mundo tiene derecho a unos servicios de agua y saneamiento accesibles físicamente dentro o situados en la inmediata cercanía del hogar, de las instituciones académicas, en el lugar de trabajo o las instituciones de salud. De acuerdo con la OMS, la fuente de agua debe encontrarse a menos de 1.000 metros del hogar y el tiempo de desplazamiento para la recogida no debería superar los 30 minutos.

Asequible. El agua y los servicios e instalaciones de acceso al agua deben ser asequibles para todos. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) sugiere que el coste del agua no debería superar el 3% de los ingresos del hogar.


PAGAN Q120 POR AGUA AL AÑO

María Contreras, residente del cantón El Replan, en Chinautla, lavaba ropa con el agua que brotaba de un tubo en un lavadero público.

Contreras relató, que vive en la casa de su suegro desde hace 5 años, y siempre han tenido problemas con el agua. A ese “lavadero”, aseguró, acuden muchas mujeres del lugar para lavar ropa o bañarse.

“Siempre vengo a lavar; a veces cuesta porque solo tenemos dos piedras (espacios) para hacerlo y entonces nos turnamos. Esperamos a que terminen las demás. Hoy está tranquilo pero depende porque cuando los patojos están en la escuela es que cuesta más”, aseguró.

La entrevistada aseveró que la falta del agua siempre ha sido una constante en el lugar, por lo que cada familia se las ingenia para conseguir para el consumo, y por los días que tienen agua, indicó que pagan Q10 mensuales, es decir Q120 al año.

El estudio realizado por el INE, señala que para el 2000, el 72.6 por ciento de la población tenía acceso a mejores fuentes de abastecimiento de agua, mientras que en el 2006 el acceso aumentó en más de seis puntos porcentuales.

Mientras en el cantón Central siempre de ese municipio, Cristina Tum, expresó que junto a su familia integrada por su esposo, hijos, nueras e hijos que siempre tratan de mantener varios recipientes con agua, para mantenerse abastecidos en el tiempo que el agua no llega a la casa.

A una distancia corta en tanto, pasa el río las Vacas, Tum recordó que hace muchos años el afluente era indispensable en las familias, pero luego del crecimiento de la ciudad, sus aguas ya no son aptas para el consumo, y entre más pasa el tiempo más basura corre.

“Aquí siempre tenemos problemas con el agua, es bien difícil porque los niños van a la escuela y necesitan bañarse, ¿pero qué podemos hacer?, ahí sí que nada, solo tratar de aguardar lo que podamos. Al menos aquí tenemos agua, pero más arriba no tienen nada, y como está en alto parece que cuesta más”, dijo.

La entrevistada, acordó junto a Contreras consultada previamente, en que lo que pagan es relativamente poco, pero estarían de acuerdo en cancelar una mayor cuota para recibir agua, por lo menos lo suficiente para no preocuparse a diario por tener lo suficiente.

Artículo anteriorMorales analizará decisión sobre reformas electorales
Artículo siguienteCaso TCQ: PGN recomendó nulidad siete meses antes de la compra por APM