Rolando Alfaro Arellano

Los guajeros, sin duda, que para muchas personas no significan nada máxime si se trata de los denominados recogedores de desechos o basuras. Sin embargo, constituyen una gran fuerza laboral no atendida por las autoridades obligadas a mantener limpia la ciudad.

Pero, es el caso que, precisamente, por no saber administrar correctamente el tema de un ambiente sano, es que suceden desgracias como las recién publicadas en todos los medios de comunicación social del hundimiento del vertedero municipal o conocido por otros como basurero de la zona tres y siete, respectivamente.

Se le ha llamado en nombrar al referido lugar para depositar desechos sólidos, relleno sanitario. Pero el caso es que no se ha sabido administrar correctamente, porque desde un principio se indicó que se trataría de efectuar, en el referido sitio, el sistema de terraplenados, o sea, ir cubriendo con tierra cada capa de los desechos citados, a efecto de evitar contaminación del entorno humano.

En ese sentido, no se ha cumplido con las normas del terraplenado ni mucho menos del reciclaje lógico para tratar los desechos sólidos. A ello se puede agregar que, ni por asomos, se ha querido entrarle al reciclaje para obtener mejor provecho de tal lugar y así darle un humano trabajo a los operadores, recogedores o guajeros que muy bien podrían trabajar técnicamente en el lugar señalado y ganarse la vida honradamente.

El Diario LA HORA, desde hace años ha efectuado reportajes ambientales, desastres ambientales y el problema que ya es crítico por el tiempo que se ha venido presentando, además, si la memoria no me falla tuve ocasión de referirme a tal problemática, en esta columna, pero como sucede en el país, pareciera que se quedó en el olvido y que para refrescarle la memoria a mis estimados lectores estaré refiriéndome en otro de los artículos de esta serie.

A lo anterior es urgente, nuevamente, llamarle la atención a las autoridades educativas del país, elementales y de estudios universitarios, para que le den más importancia al tema ambiental que va íntimamente relacionado al mejoramiento de la salud maltrecha de los guatemaltecos y al entorno contaminado en el que se vive.

Por otra parte, sería de interés nacional, que las empresas privadas y públicas, ayudaran a informarle éticamente a la población guatemalteca el significado de vivir en un ambiente contaminado por diversas fuentes, y en verdad actuar no aisladamente sino unidos.

Lo últimamente descrito significa que un ambiente totalmente contaminado solo traerá pobreza al pueblo y al notar los países extranjeros que el ambiente social con el terrorismo a la cabeza, aguas contaminadas, cuerpos de agua como los lagos, selvas, lugares turísticos descuidados y deteriorados, no tienen atención, desistirán de visitar el país.

En virtud de lo anteriormente escrito, o sea, de no querer mejorar el entorno humano guatemalteco, tendremos que seguir recordando el dicho que dice “no hay mal que dure cien años, ni enfermo que los aguante”.
Continúa…

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