MANILA, Filipinas
AP

El que podría ser el nuevo presidente electo de Filipinas, Rodrigo Duterte, dijo hoy que ofrecerá puestos en el gobierno a comunistas rebeldes, impulsará una reforma de la Constitución para dar más poder a las provincias y reinstaurará la pena de muerte, en su primer anuncio sobre políticas tras ganar las elecciones presidenciales de la semana pasada, según datos no oficiales.

En su primera conferencia de prensa formal desde la votación del 9 de mayo, Duterte explicó que también lanzará una ofensiva militar para acabar con los extremistas de Abu Sayyaf en la isla de Jolo, en el sur del país, aunque sus derechos humanos se vean atacados en el proceso.

Estos anuncios, que suponen un claro alejamiento de la política del actual gobierno, son un reflejo de su campaña presidencial, en la que prometió terminar con el crimen y la corrupción en el empobrecido país un plazo de entre tres y seis meses. Responsables de la policía sostienen que es imposible cumplir con este objetivo, y que la tasa de delincuencia sigue siendo elevada en la ciudad de Davao, gobernada por Duterte desde hace más de 22 años.

El ejército lleva décadas luchando contra la insurgencia de inspiración marxista en el campo.

Duterte explicó que está dispuesto a ofrecer a los rebeldes comunistas cargos del gobierno relacionados con recursos medioambientales y naturales, la reforma agraria, bienestar social y trabajo.

Además dijo que pedirá al Congreso la reimplantación de la pena capital, suspendida desde 2006 ante el firme rechazo de la influyente iglesia católica a esta práctica. La pena de muerte por ahorcamiento, explicó, debería aplicarse a crímenes inhumanos, y a delincuentes condenados por robo y violación debería practicársele dos veces.

«Tras el primer ahorcamiento, debería haber otra ceremonia por segunda vez hasta que la cabeza quede completamente separada del cuerpo», dijo en una conferencia de prensa transmitida por la televisión nacional.

En un giro populista, Duterte dijo que venderá el yate presidencial y destinará los fondos recaudados a la compra de equipos médicos para militares y policías.

«Cuando la gente tiene hambre y está sin trabajo (…) sería obsceno» tener un barco de lujo que no se utiliza, apuntó.

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