Lima
DPA

La candidata presidencial peruana Keiko Fujimori insistió hoy en negar vínculos con el lavado de activos y no descartó separar de su partido Fuerza Popular (FP) al secretario general, el congresista Joaquín Ramírez, investigado por la DEA estadounidense por ese supuesto delito.

«Tenemos como norma no blindar a nadie, tenemos la política de que todos enfrenten su proceso y así será. Vamos a pedir información formal a la DEA (e) imagino que eso sucedería (separar a Ramírez) de comprobarse la investigación», afirmó Fujimori en la radio Exitosa.

La candidata, que en la víspera culpó por la información a su rival en el balotaje, Pedro Pablo Kuczuynski, y les colgó el teléfono a los periodistas que la entrevistaban sobre el tema, se mostró hoy más cauta, aunque insistió en que ve con «suspicacia» la denuncia.

El escándalo estalló la noche del domingo, cuando el programa de televisión peruano «Cuarto Poder», con colaboración del canal estadounidense Univisión, reveló no solo que hay una investigación contra Ramírez, sino que éste presumió en una charla grabada de haber lavado 15 millones de dólares por pedido de Fujimori.

La fuente en que se basa la información es el informante de la DEA (la agencia antidrogas estadounidense) Jesús Vásquez, quien tras lograr la confianza del parlamentario obtuvo de éste una confesión grabada subrepticiamente sobre sus acciones.

«¿Tú sabes que la ‘China’ (como se conoce popularmente a Fujimori) me dio 15 millones de dólares para lavarlos?», presume el secretario de FP en una parte de la conversación grabada.

Una portavoz de la DEA, Anne Judith Lambert, admitió que ese organismo investiga a Ramírez, empresario millonario que no ha logrado nunca explicar en detalle el origen de su fortuna, pero se abstuvo de profundizar al respecto.

Fujimori, de gira por el sur del país, llamó de inmediato a «Cuarto Poder», negó las sindicaciones, culpó a Kuczynski sin explicar cuál sería la supuesta relación de éste con la DEA, dijo ser víctima de ataques por ser mujer y colgó el teléfono.

Hoy, en tono más mesurado, aseguró en Exitosa que no colgó sino que la llamada se cortó por razones técnicas.

El suceso, ocurrido tres semanas antes del balotaje, en momentos en que la hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori empata en las encuestas con Kuczynski, vuelve a centrar las miradas en Ramírez, misterioso personaje que emergió en la política hace cinco años en el sector fujimorista.

Ramírez, de 46 años, cuyo primer trabajo fue como cobrador de ómnibus, es dueño de negocios en diversos sectores. Para analistas, su fortuna es lo único que podría explicar que haya llegado a secretario general de FP, pues como parlamentario ha sido silencioso y suele rehuirle a la prensa.

Las permanentes sospechas hicieron que el congresista no tentara la reelección este año, a pesar de ser el número dos del partido, aunque le dejó el lugar a su hermano menor Osías, quien logró el escaño con una votación importante tras una campaña millonaria.

De Fujimori dicen sus adverarios entretanto, sin pruebas concretas, que podría manejar subterráneamente parte de los cientos de miles de dólares que según investigaciones robó su padre durante su gobierno (1990-2000).

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