Ciudad de México
DPA

El narcotraficante mexicano Joaquín «El Chapo» Guzmán, que fue cambiado de prisión la madrugada del pasado sábado a una cárcel en Ciudad Juárez, pensó en ese momento que lo iban a extraditar a Estados Unidos y que «iba a comer hamburguesas», dijo hoy uno de sus abogados.

Guzmán, dos veces evadido de cárceles de máxima seguridad, está a la espera de una resolución de la Secretaría de Relaciones Exteriores sobre su extradición, aunque sus abogados pueden todavía interponer un recurso de amparo para tratar de evitarla.

El abogado Andrés Granados, uno de los miembros del equipo de defensa, se reunió con él durante media hora el domingo en la prisión de Ciudad Juárez, en la frontera con Estados Unidos, a la que fue trasladado desde la cárcel de máxima seguridad del Altiplano, en el centro del país.

El líder del cártel de Sinaloa le contó que, después de ser esposado y sacado de su celda, en el camino oyó helicópteros y dijo «de seguro ya me van a extraditar», según relató Granados a Radio Fórmula.

El líder del cártel de Sinaloa le contó que, después de ser esposado y sacado de su celda, en el camino oyó helicópteros y dijo «de seguro ya me van a extraditar».

Sin embargo, su destino estaba todavía en México. Un helicóptero lo llevó al aeropuerto y desde ahí fue traslado en avión hasta Juárez.

«Llegando aquí, él ubicó el aeropuerto de Ciudad Juárez. Y dijo: ‘Ah bueno, yo pensé que iba a comer hamburguesas, pero no», relató Granados.

Guzmán, que tiene 59 o 61 años, según diferentes fechas de nacimiento disponibles, se encuentra en un área especial de la prisión aislado del resto de los reclusos y sigue con problemas de presión y para dormir, según su abogado.

La extradición de «El Chapo» ha sido solicitada por cortes de California y Texas, en las que enfrenta cargos por narcotráfico, asociación delictiva, distribución de cocaína, lavado de dinero y homicidio, entre otros.

Un juez federal consideró procedente la extradición de «El Chapo» Guzmán a Estados Unidos, con lo cual se avanzó un paso más en un proceso que aún debe tener el aval de la cancillería mexicana.

Guzmán, considerado durante años el narcotraficante más poderoso del mundo, se escapó por primera vez en 2001 de la cárcel de máxima seguridad de Puente Grande, supuestamente escondido en un carrito de lavandería.

Fue recapturado en febrero de 2014 y recluido en el penal del Altiplano. Diecisiete meses después, en julio de 2015, se fugó por un túnel de unos 1.500 metros que contaba con sistema de iluminación y ventilación y una motocicleta montada sobre rieles y que llegaba justo hasta el baño de su celda.

El 8 de enero de 2016 fue recapturado e ingresado nuevamente en la misma cárcel de la que se había fugado y que abandonó este fin de semana para ocupar una celda en Ciudad Juárez.

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