Bruselas, Bélgica
AFP

La Comisión Europea propuso este miércoles instaurar «una contribución de solidaridad» de 250 mil euros por persona a los países que rechacen participar en el reparto automático de migrantes cuando se registren llegadas masivas de solicitantes de asilo a la UE.

Este monto será entregado al país que reciba a un solicitante de asilo que otro miembro del bloque no quiera acoger, indicó la Comisión Europea, que reveló este miércoles sus propuestas de modificación del reglamento de Dublín sobre el asilo.

«Dublín no funciona porque (al aplicarse) se deja solos con el problema a los países en primera línea. Ya no funciona (…), hay que compartir la carga», dijo el vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, en una conferencia de prensa en Bruselas.

El sistema de asilo en la Unión Europea se rige por el reglamento de Dublín, que establece que el primer país de la UE al que llega un solicitante de asilo es el que debe encargarse de tratar su solicitud.

Desde hace años, varios Estados miembros de la UE piden una revisión del reglamento, y el registro de 1,25 millones de solicitudes de asilo en 2015 expuso sus fallas.

El reglamento de Dublín, aunque siga vigente, no se aplica sin embargo en su totalidad desde hace años, como quedó en evidencia en 2015 cuando Alemania decidió abrir sus puertas a los migrantes que llegaban a Grecia desde las costas turcas.

Otra de las disposiciones suspendidas es la expulsión de un solicitante de asilo hacia el primer país de la UE al que ingresó. Esto ocurre con Grecia desde 2011, luego de que la justicia europea considerara que las condiciones para acoger a los solicitantes de asilo no eran satisfactorias.

Italia y Grecia, adonde llegan la mayor cantidad de solicitantes de asilo, pero también Alemania denuncian desde hace meses la injusticia del sistema.

La revisión del sistema propuesta por la Comisión establece un reparto automático de cuotas por país cuando un Estado miembro registre una cantidad desproporcionada de solicitudes de asilo en relación a los otros miembros de la UE.

Si uno de los miembros de la UE no quiere participar en el mecanismo, la Comisión propone que haga una «contribución de solidaridad» de 250.000 euros por cada solicitante de asilo no acogido, una cifra a la que Bruselas llegó de acuerdo a un «análisis hecho sobre los costos» que genera para un país cada refugiado, precisó Timmermans.

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