Yuba
DPA
El exlíder rebelde de Sudán del Sur, Riek Machar, juró hoy como vicepresidente del país, en un intento por poner fin a un conflicto de más de dos años con el presidente, Salva Kiir, que ha dejado decenas de miles de muertos.
Machar juró el cargo inmediatemtne después de aterrizar en la capital, Yuba, adonde llegó desde Etiopía en un avión de la ONU, según informó la prensa.
La ceremonia tuvo lugar en presencia de Kiir, a quien Machar le agradeció que le propusiese como vicepresidente. Además, Machar pidió la implementación completa del acuerdo de paz firmado por ambos en agosto.
Se espera que la ceremonia de hoy sea el punto de partida para un gobierno unitario de transición que redacte una nueva Constitución. «Espero que con mi regreso se solucionen los obstáculos restantes (…) quiero que la paz prevalezca», dijo Machar a su llegada al país.
La llegada de Machar estaba prevista para hace una semana pero fue pospuesta por desacuerdo sobre el número de efectivos militares y de armas con los que podría trasladarse al país.
Ayer aterrizó en Yuba el más alto comandante de los rebeldes, Simon Gatwech Dual, acompañado de unos 200 soldados para garantizar la seguridad de Machar. Esos efectivos se unirán a otros mil 300 que llegaron antes a la capital como parte del acuerdo de paz.
Machar huyó de Yuba en diciembre de 2013 después de que la lucha de poder que mantenía con Kiir se tornase violenta. Previamente ya había sido vicepresidente con Kiir, después de que Sudán del Sur consiguiese la independencia de Sudán en 2011, hasta que el presidente le destituyó en 2013.
El conflictó desplazó a dos millones de personas, mientras que otros cinco millones se encuentran en situación de inseguridad alimentaria, según la ONU. Además se produjeron muchas atrocidades y desató el odio étnico.
El acuerdo de paz firmado en agosto no puso fin por completo entonces a los combates y su implementación se pospuso. La ONU y Naciones Unidas aumentaron la presión sobre Machar para que volviese a Yuba.