Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt

El pasado lunes el Presidente de la República acudió a la Organización de Naciones Unidas para solicitar la prórroga del mandato de la CICIG, acción de gran importancia dados los acontecimientos que se viven en el país de cara a la corrupción, cuyo combate fue el efectivo y claro mandato que el pueblo en las urnas le dio al Presidente Morales. Pero terminado el acto, el Presidente dispuso quedarse en Nueva York, primero, y visitar algunos lugares de los Estados Unidos, después, en lo que más parece una vacación que el viaje de un Jefe de Estado.

Y es que mientras él se reúne con migrantes para contar moralejas o concede entrevistas en las que responde literalmente a tontas y locas, en el país ocurren cosas importantes que demandarían su presencia para tomar decisiones que son importantes. La principal, sin duda, es definir la política de su gobierno respecto al contrato de TCQ, tarea que ha dejado en manos del Ministro de Finanzas que se preocupa más por lo que quieren los empresarios que importan o exportan que por el interés de un país que tiene que dar muestras contundentes que la corrupción no se vale ni siquiera en aquellos proyectos que tienen la bendición del sector empresarial que los considera urgentes para sus intereses.

El Presidente tenía que haber venido a Guatemala después de cumplir su misión en Naciones Unidas para advertir que el contrato no va, que demandaremos como país a los españoles, que protestaremos por la forma en que el anterior embajador de España fue un promotor de ese negocio y que habrá demanda contra los funcionarios del Banco Mundial que se involucraron en el sucio trinquete.

El Presidente tiene que demostrarle a su pueblo que aquí hay cero tolerancia a la corrupción y desautorizar al Ministro de Finanzas que se muestra poco definido y que, bajo el argumento de que podemos perder mucho tiempo en debates legales, prefiere mostrarse tan caudaloso y prudente que hasta da pena.

Si Morales quiere realmente acudir a su cita con la historia tiene que estar en su puesto tomando las decisiones que puedan parecer difíciles, pero que se conviertan en muestra categórica de que no estamos jugando con el tema de la corrupción y que cualquiera que se muestre complaciente está fuera de la jugada, lo cual incluye no sólo a sus ministros sino también a diputados y jueces que jueguen de acuerdo a la costumbre de darle la vuelta a los intereses del país.

La política exterior es importante y, por supuesto, los migrantes son el alma de nuestra economía, pero el viaje no ha mostrado que en política exterior haya habido algo de gran importancia, fuera de lo de la CICIG ya reconocido, y en el tema de los migrantes lo que cobró notoriedad fue su respuesta ofreciendo mano de obra barata para construir el muro promocionado por Trump, lo que anuló el efecto de las visitas que hizo a comunidades de guatemaltecos residentes en Estados Unidos, entre quienes quedó un mal sabor de boca al conocer lo que Morales dijo al New York Times.

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