Por Jorge Santos

Este 24 de abril se cumplen 100 días de la asunción del gobierno del FCN Nación y del presidente Jimmy Morales, frente del Ejecutivo. Aquel 14 de enero cuando el nuevo presidente asumía la Presidencia, se había vaticinado previamente los enormes males que estaban por venir.

Luego de varios meses de movilización social y popular, las elecciones resultaron ser el efectivo disfraz de procesos destinados a romper la institucionalidad pública, continuar con el otorgamiento de privilegios y el saqueo de las arcas públicas. En estas burdas elecciones eligen a alguien que bajo la promoción de ni corrupto, ni ladrón se constituirá a pocos 100 días de su mandato, en uno más, de la larga lista de asesinos, ladrones y entreguista de nuestros recursos naturales que durante mucho tiempo nos han gobernado.

La absoluta desfachatez del partido político en el poder y del propio gobierno de la República, dan cuenta de que este no es más que la antítesis de su campaña electoral. Nombramientos en instituciones públicas de personajes oscuros y/o vinculados al gobierno corrupto de Otto Pérez Molina o bien vinculados a quienes en el pasado ejecutaron la política contrainsurgente y el genocidio contra el pueblo maya.

Han trascurrido 100 días, es decir son más de tres meses y a la fecha podríamos llenar un enorme saco de palabras sin sentido, moralejas, mentiras e ignorancia y una minúscula aplicación de políticas públicas para resolver la grave crisis en el sistema de Salud, educación, vivienda, alimentación entre otros. Estos tres meses han sido en detrimento de la población en general. Durante los primero días se designaron ministras que habían incumplido con sus obligaciones tributarias, otros fuertemente criticados por su labor con otros gobiernos y por supuesto que no podía faltar que durante estos tres meses, lo único que ha sido sostenible y puede ser marcado como un gran logro de Jimmy Morales es la profunda vergüenza que sentimos producto del presidente que tenemos.

Prácticamente estos 100 días han pasado de escándalo en escándalo, juras a la bandera, moralejas, solicitudes de perdón y el otorgamiento en bandeja de plata del Estado a grupos de militares vinculados a la contrainsurgencia, a la élite económica y política y sin lugar a dudas a quienes desde el amparo del crimen organizado, hacen de la institucionalidad pública un instrumento más de su actuar.

Mientras el Ejecutivo y sus principales actores desempeñan un mediocre papel, la bancada oficial en el Congreso de la República intenta generar el escenario de la recomposición de la corrupción y la élite económica sirviéndose con la cuchara grande, la población sigue esperando que el Estado sea capaz de cumplir con sus funciones. Al no suceder esto, la muerte acecha a la niñez que bajo la tutela del Estado mueren frente a la desidia del gobierno de Jimmy Morales. De esa cuenta, es que 100 días se sienten como mil, y de no retomar el rumbo de la construcción de movimiento social y popular capaz de asaltar el poder político, seguramente tendremos un circo en vez de gobierno.

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