María José Cabrera Cifuentes
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En uno de mis más recientes artículos abordé el tema de las drogas, mencioné nuevamente lo inútil que considero la actual política de drogas que a través del prohibicionismo ha intentado dar solución a un problema cuya complejidad no se puede reducir a algo tan simple como intentar obstaculizarlo.
El día de hoy se reúnen líderes de todo el mundo en la ciudad de Nueva York con el objetivo de discutir de nuevo este tema cuya importancia por las implicaciones del mismo a todo nivel y en diversos ámbitos de la sociedad.
Esta es una oportunidad para los países de continuar con la discusión de una estratégica reforma a la política de drogas y de, además de aceptar el inminente fracaso de la guerra contra este flagelo, tomar cartas en el asunto y darle un giro al tratamiento del tema.
En Guatemala, desde hace algunos años con la propuesta de la administración anterior de repensar la política de drogas, el tema ha cobrado importancia y se ha hecho evidente la impostergable necesidad de tomar cartas en el asunto si no se quiere, como hasta hoy, seguir obteniendo el mismo resultado producto de la prohibición y de la exclusiva lucha frontal contra los narcóticos. Lamentablemente, en esa ocasión el tema no pasó del discurso por lo que es tarea de la nueva gestión gubernamental hacer un nuevo planteamiento sobre el abordaje de este importante tema.
Recientemente el diputado Álvaro Velásquez presentó una iniciativa de ley denominada Ley para Regular el Cultivo, Producción, Distribución, Comercialización y Consumo Medicinal y Recreativo del Cannabis y sus Derivados. Este es un paso importante que aplaudo y celebro pues en materia de drogas Guatemala sigue siendo uno de los países con las políticas más retrogradas. Al contrario de lo que muchas personas piensan, no solo en países como Holanda y Portugal se tiene una apertura al consumo de drogas, ni Uruguay es el primer país en Latinoamérica en modificar su ley al respecto.
En definitiva, y por la razón de que Guatemala no es un país prioritariamente de consumo sino de tránsito, regular la producción, consumo y tránsito de cannabis no representaría un cambio sustancial en los efectos más nocivos de la narcoactividad en el país. Sin embargo, es un paso importante que debe tomarse para acercarnos a pensar en la regulación de otras sustancias, como la cocaína, que sí representa un problema mayor en cuanto a lo importante que es su trasiego por el país con destino a América del Norte, y las secuelas de las batallas que se libran en ese trayecto.
La regulación de las drogas no únicamente significa una forma más efectiva de combatir el crimen organizado sino que se convierte en una oportunidad de explorar y explotar estas en todo su potencial. Podrían incluso convertirse, cuando menos aquellas cuyo origen no es sintético, en alternativas de desarrollo para las comunidades más necesitadas, tal el caso de la cannabis sativa que puede ser explotada en la industria textil, médica, entre otras. Además de ello, se tendría acceso a medidas de mitigación como la distribución de agujas limpias para evitar el contagio de enfermedades infecciosas, además de hacerse un fuerte énfasis en la prevención y en la rehabilitación del adicto que dejaría de ser un enemigo público para convertirse y tratarse como un enfermo.
Me opongo a la creencia de que al liberar la oferta la demanda se verá incrementada. Basta ver los casos exitosos de otras naciones que han resultado beneficiados con mecanismos de regulación, en estos, además de verse reducida la prevalencia del consumo, los recursos generados por su regulación han contribuido en asuntos importantes del Estado.
En Guatemala seguimos siendo demasiado conservadores en temas en los que ya no cabe el tradicionalismo. Este tema ha probado haber dejado de ser ideológico y unido en el pragmatismo a personas con ideas completamente distintas. El proceso en Guatemala ya se ha iniciado, exigir a nuestras autoridades que se le dé seguimiento y se implementen los mecanismos ad hoc para nuestra situación es deber del pueblo. No debemos restar importancia a este tema fundamental para nuestra nación.