En mi opinión del viernes pasado argumentaba que estamos a las puertas de un colapso y un cambio de civilización, y es natural preguntarse quién liderará la transición. La Generación Z (aproximadamente nacidos entre 1997 y 2012) está, efectivamente, en una posición única para impulsar este cambio global. ¿Lo podrá realizar?
Hay muchos grupos de generación Z, pero la respuesta corta sin mucha reflexión es que la Generación Z no está «preparada» en el sentido tradicional. Sin embargo, hay algo que se respira: está intrínsecamente adaptada al caos, a la velocidad y la fragmentación que yo describí como elementos del colapso. Esta adaptación es su mayor fortaleza y, a la vez, su mayor debilidad. Veamos unas y otras. Veamos las características y herramientas que los hacen idealmente equipados para navegar y moldear el nuevo orden:
Primero: en lugar de ser ciudadanos de un territorio se han convertido en ciudadanos Nativos Digitales (Información). Han crecido inmersos en el cambio tecnológico y la sobresaturación informativa. Están cableados para la velocidad y la fragmentación. Esto es crucial en un mundo donde la comunicación y la información (como yo mencioné) son los nuevos motivos del colapso de viejas estructuras.
Segundo: poseen una mentalidad global y plural. Su contacto con Internet les proporciona una perspectiva mundial instantánea. No ven los problemas (o las soluciones) limitados por fronteras geográficas o ideológicas (Superando en buena parte el conflicto «Capitalismo vs. Comunismo») que tanto debilita.
Tercero: Poseen un mayor Activismo y Preocupación por la Tierra y el Clima. Poseen una conciencia aguda de la crisis ambiental y social. Están menos inclinados al «consumismo aberrante» de generaciones anteriores y más enfocados en la sostenibilidad, la justicia y la autenticidad, lo cual es fundamental para una «nueva forma de explotar la tierra y la organización social».
Cuarto: en comparación a generaciones anteriores, poseen más habilidad para la Autodidaxia y la Adaptación. Debido a la obsolescencia de los conocimientos y las trayectorias profesionales tradicionales, la Gen Z es experta en aprender habilidades y herramientas rápidamente a través de tutoriales, redes y plataformas, clave para el «innovar y actuar» en un mundo sin estabilizadores. Que no se haga esto bien por la academia es otra cosa.
Quinto: Visión de Valor (Anti-Institucional). Tienen una profunda desconfianza hacia las instituciones (gobiernos, medios, corporaciones). Si bien esto contribuye a la crisis de gobernanza, también es el motor para construir nuevas estructuras sociales y económicas desde cero, sin los vicios del pasado.
Pero también vemos puntos limitantes en esta generación para el cambio:
Primero: Fragmentación y Aislamiento Social. La vida digital, aunque conecta, también fragmenta y genera una sensación de aislamiento. Esta generación enfrenta altas tasas de ansiedad, depresión y «pérdida de contacto con la realidad» (tal como ya lo describí), dificultando el liderazgo coherente y la construcción de consensos.
Segundo: Inestabilidad Económica (Ansiedad). Heredan una deuda masiva, mercados laborales inestables y la imposibilidad de acceder a activos al ritmo de sus padres. Sus «ansiedades económicas» limitan su capacidad para enfocarse en el cambio sistémico, priorizando la supervivencia a corto plazo sobre la planificación a largo plazo.
Tercero: Sobrecarga y Distracción (El Presente Supremo). Su inmersión en un entorno de gratificación instantánea los hace conceptualizar el presente de importancia suprema y eso puede dificultarles la visión estratégica a largo plazo y la paciencia necesaria para llevar a cabo una reestructuración social profunda y compleja.
Cuarto: Polarización y Falta de Consenso. Las redes sociales y los algoritmos fomentan la polarización extrema. Si bien son globales, sus debates están a menudo cargados de pugnas tribales (identidad, política), lo que complica la búsqueda de «coincidencia» entre diferentes enfoques y se convierte en el «conflicto y batalla» que se avecina.
Quinto: este es más bien un obstáculo para el cambio: Habilidad para el Diálogo Intergeneracional. Existe una brecha profunda con las generaciones anteriores que aún ostentan el poder (Boomers y Gen X). La dificultad para dialogar y transferir el poder de forma pacífica puede aumentar la sensación de «guerra con el pasado», intensificando el conflicto en lugar de transitarlo ordenadamente.
Usemos la balanza para medir lo anterior: La Generación Z está perfectamente equipada para el diagnóstico (ven la crisis global y la obsoletidad de las viejas pugnas ideológicas) y tienen las herramientas tecnológicas para la innovación.
Sin embargo, para lograr un cambio «ordenado y eficiente», primero deberán superar las consecuencias mentales y sociales del colapso que heredan: la fragmentación, la ansiedad y la polarización.
En esencia, esta generación encarna el conflicto de la transición: la tecnología que les da poder para innovar es la misma que fragmenta su mente y conciencia. En sus manos está la toma de decisión al respecto.







