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Las naciones del mundo actual, están viviendo una crisis general y global que está destrozando los cimientos de la gobernanza, del sistema de valores, la estructura familiar y las instituciones públicas y privadas. Todo esto está enmarcado dentro de un nuevo proceso de comunicación y un sentido del tiempo y del espacio diferente, donde el presente es de importancia suprema. Muchos aseveran que estamos en el colapso de la civilización Industrial.

La crisis en todos los campos del acontecer y hacer humanos es global. El dinero y el poder están en juego adquiriendo dimensiones de locura, a lo que se suma un consumismo aberrante, vanidoso y compulsivo. Este bombardeo a nuestra conciencia y sus consecuencias compiten por las portadas y editoriales de todos los medios de comunicación, dejando en el ambiente una sensación de que el mundo se desliza hacia la locura.

En tal punto estamos que podemos observar, en todas las latitudes y sociedades, un aumento de enfermedades mentales manifestadas tanto en líderes como en poblaciones. Esto provoca conductas que van desde la euforia hasta la depresión (Trump es un claro ejemplo de ello) cargando el ambiente individual y social de alucinaciones, sueños aterradores y violencia en todas sus formas; todas ellas expresiones de una pérdida de contacto con la realidad, llenando la mente y la conciencia de incomprensión y deseos de gloria en busca de endiosamiento. Esa tendencia se extiende por todos los confines de la tierra cargada de ansiedades económicas, sociales y de grandeza que hacen chocar al vecino con el vecino, a los pueblos entre sí y a todos con la naturaleza.

En resumen: me atrevo a decir para la mayoría de los que en este momento poblamos la tierra, nos parece que todas las tendencias sociopolíticas y económicas conducen a la catástrofe. Lo cierto es que más vale entender que lo tecnológico, lo informático, lo económico y social están viajando codo a codo hacia un cambio necesario para la humanidad y la naturaleza. 

En estos momentos, situarse en la falsa mentalidad de las diferencias entre el capitalismo y el comunismo como el motivo que destroza nuestro sistema de valores, nuestras estructuras sociales, políticas, económicas, instituciones y creencias es engañarse. Lo que realmente es una nueva forma de comunicarnos, de entender el mundo y nuestra economía y forma de explotar la tierra y la organización social que, inevitablemente, debe cambiar. 

Lo que está ocurriendo nos sitúa tanto en el plano de espectadores como de actores y es muy rápido. Insisto: estamos viviendo el colapso de una civilización y el aparecimiento, aunque aún de forma fragmentada, de un nuevo orden social mundial completamente nuevo en lo tecnológico, en lo económico, lo informático y los valores, y en estos momentos no se trata de corregir, se trata de innovar y actuar generando fuerzas energéticas, informáticas, económicas y sociales que aún no conocemos suficientemente. Todos los estabilizadores en el trabajo y los comportamientos humanos han caducado, y necesitan ser reemplazados por nuevos. 

Estamos a punto de concluir una guerra con el pasado y como sucede con todo cambio, observamos toda una serie de escándalos y conflictos que se presentan ante la incertidumbre. Es válido, en lugar de echarnos para atrás, responder a la gran pregunta: ¿Adónde dirigirnos en busca de ayuda y orientación para superar nuestros conflictos y pugnas? 

Tanto orientales como occidentales, nos encontramos ante una gran variedad de posibles enfoques a esa respuesta, que no sólo diagnostican de diferente manera la causa del sufrimiento, sino que también prescriben métodos distintos para aliviarlo. Sin embargo, deberán en algún momento coincidir, tal como sucedió en épocas pasadas entre cazadores-recolectores con agricultores, o la industria con la oposición a la maquinaria y defensa del trabajo artesanal. Una fragmentación, un conflicto, una batalla es lo que se avecina y hay que estar preparados. El sacrificio será grande.

Alfonso Mata

alfmata@hotmail.com

Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.

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