Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com
El día Jueves Santo, 24 de marzo, en su residencia de Antigua Guatemala, acompañado de la mayoría de miembros de su familia, de forma súbita y repentina falleció el ingeniero Gustavo Argüello Pasos.
Su transición de esta vida a la otra fue rápida y por consiguiente, hasta en ello fue considerado y eficiente por cuanto evitó el natural sufrimiento que su muerte ha implicado para su esposa, sus cinco hijos y sus nietos.
Tuve el agrado de conocer a Gustavo en 1964, cuando representaba a “Metasa” una empresa propiedad de la familia Somoza, dedicada a la construcción de estructuras metálicas en Centroamérica.
Fue Gustavo nuestro primer proveedor y a través de los muchos años permutamos algunas estructuras que nos fueron sumamente útiles a nuestras empresas de transporte; estructuras que por su versatilidad armábamos, desarmábamos y trasladábamos según las diferentes etapas de proyectos, logrando así mucha eficiencia. En la construcción, fuimos subcontratistas en numerosas carreteras.
En la última negociación que tuvimos con Gustavo nos construyó la agencia, sala de ventas, talleres y bodegas con que opera nuestra agencia de vehículos en Escuintla y por supuesto, con esa astucia e inteligencia que caracterizaba a Gustavo, empezamos por una cosa y “ya que estábamos ahí” concluimos con una obra mucho más grande, donde se refleja esa gran eficiencia de Gustavo y su empresa.
Gustavo Argüello debe de ser considerado uno de los ingenieros en estructuras metálicas más eficientes que ha tenido Centroamérica, gracias a esa eficiencia, creó miles de puestos de trabajo; también, fue un significativo contribuyente en el pago de impuestos, lo que implica que contribuyó a la educación, a la salud y a la infraestructura física de Guatemala.
Fue, además, un positivo contribuyente social, lo que ha implicado el beneficio a través del pago de sus diezmos para miles de personas.
En las nueve misas que en su honor se celebraron asistimos en su homenaje cientos de cientos de guatemaltecos.
Como hombre tan distinguido, tan positivo, he considerado pertinente solicitar al Presidente de la República, don Jimmy Morales que en forma póstuma se le conceda a Gustavo Argüello la Orden del Quetzal en el Grado de Gran Cruz y la Orden Presidencial de la República de Guatemala, honores que sin duda alguna merece y que demostrarán que en Guatemala el Gobierno no solo condecora por razones protocolares y diplomáticas a los embajadores acreditados en nuestro país por más de dos años, sino que también sabe reconocer a los guatemaltecos, a los centroamericanos que durante su vida, por muchos años, son ejemplo de producción, de eficiencia y de creación de miles y miles de trabajos y de millones de pago de impuestos al Estado.
Esperemos que tanto la Presidencia de la República como la Cancillería de nuestro país empiecen igual que lo hace el Banco Industrial a reconocer a los ciudadanos que honran a la patria y a Centroamérica durante su vida, cumpliendo así con la expresión de José Martí “que honrar, honra”.
¡Guatemala es primero!







