La famosa soberanía y la interferencia de funcionarios extranjeros en asuntos nacionales ha sido objeto de muy largas discusiones y se muestran posiciones que parecen muy radicalmente opuestas pero que, en el fondo, terminan siendo totalmente iguales aunque las intenciones sean muy distintas. La primera semana de noviembre, el día 5 para ser precisos, hubo una carta de la congresista republicana por el Estado de Florida, María Elvira Salazar, en la que denunciaba una supuesta interferencia de la Embajada de Estados Unidos en Guatemala en los procesos de elección que se tienen que realizar el año próximo.
De inmediato salieron en las redes sociales varios sancionados y varias cuentas conocidas (aunque paradójicamente “anónimas”) protestando por la supuesta intervención extranjera en asuntos que nos competen únicamente a los guatemaltecos, rechazando que la Embajada de EE. UU. estuviera interfiriendo en las postulaciones y designaciones vitales que deberán ocurrir en el Ministerio Público, la Corte de Constitucionalidad, el Tribunal Supremo Electoral y la vital Contraloría de Cuentas que es pieza clave en el tema de la corrupción. Lo que se ha sabido es que hay reportes de agencias americanas que soportan las acciones llevadas a cabo en el interés de los Estados Unidos.
Analistas dijeron que difícilmente una Embajada actúa por sus pistolas y en contra de los intereses de su país, no digamos de su presidente, cosa que por razones obvias es mucho más preciso ahora que nunca. Pero es obvio que la congresista tuvo retroalimentación de algunos guatemaltecos que temen que la Embajada pueda jugar un papel activo, como lo hará en general la comunidad internacional, en esas vitales decisiones que se tomarán en Guatemala y que pueden marcar al país por muchos años.
La Hora pudo establecer que justamente antes de que la congresista Salazar emitiera su nota de protesta, estuvieron curiosamente en Miami al menos dos personajes conocidos de la vida nacional. Las magistradas Dina Ochoa de la Corte de Constitucionalidad y Jenny Alvarado Teni de la Corte Suprema de Justicia coincidieron en Miami al menos los días 4 y 5 de noviembre, es decir justo cuando la congresista republicana publicó la carta enviada a Trump contra la misión diplomática acreditada en Guatemala.
Consultamos con las tres respecto a la “coincidencia”, pero no tuvimos respuesta alguna y, si se produce alguna, inmediatamente será publicada, pero el punto toral es que aunque todos protestan por la intromisión e interferencia extranjera, no faltan los que la promueven. La misma magistrada Ochoa acompañó a Enrique Degenhart a Washington cuando se negoció convertir a Guatemala en Tercer País Seguro en el marco del respaldo de Washington a los pedidos de Jimmy Morales a Trump.
En otras palabras la “interferencia extranjera” es como casi todo en la vida. Mala cuando va contra mis intereses, pero muy buena si coincide con ellos, confirmando el cinismo de muchas figuras públicas.








