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Esta mañana de lunes con niebla y frío bajaba yo la 12 avenida en dirección del Sur, la histórica calle lateral al antiguo Banco de Occidente, justo enfrente al edificio llamado Pasaje Enríquez, ambos centenarios. Otrora esa calle se llamaba Cuesta de San Nicolás, porque previo al terremoto de 1902 esta calle hacia el Norte del parque central llevaba a la antigua iglesia San Nicolás, que se encontraba frente a lo que ahora es el Instituto de Varones de Occidente, INVO. Esa calle termina al Sur en la falda del Cerro Quemado, lugar todavía llamado el Tope de Xelajú.

Mientras transitaba en el centro de la bella ciudad altense, sintonicé la Ronda, una especie de mañanera con la agradable sorpresa que esta vez la dirigía el mismo presidente Arévalo. A diferencia de las tradicionales rondas que he escuchado, donde un secretario de Comunicación cada día venido a menos dirigía inocentemente este importante evento quitándole el liderazgo al su mismo presidente, esta vez el presidente dirigía, como debe ser. Explicaba el presidente los programas sociales sobre la eliminación de los pisos de tierra.

Ciertamente la eliminación de pisos de tierra no parece ser algo de trascendencia para quienes hemos vivido en pisos de cemento o de cerámica. Pero no. El poner pisos de cemento es trascendental para las familias pobres decía elocuentemente el presidente, viendo esta acción como parte de un plan integral de desarrollo humano sostenible llamado: El programa Mano a Mano es una intervención sistémica encaminado a la reducción de la pobreza y la malnutrición.

Asimismo, dice el presidente Arévalo, se incluye la intervención en remozar paredes de las viviendas, que contribuye a prevenir y reducir la propagación de bichos, insectos, y plagas transmisoras de enfermedades, mejorando el bienestar y la salud de la familia. Es un programa integral que interviene en la dotación de estufas mejoradas, llanadas «Lorena» y con ella recuerdo a mi profesor de ingeniería en el campus de la USAC de Quetzaltenango, CUNOC, quien, desde el centro de investigaciones de energía renovables de Mesoamérica, diseñaba estas bellas estufas en plena guerra civil guatemalteca: Saludos ingeniero Hugo Pineda hasta donde esté, porque las estufas también las diseñamos con nuestras propias manos a finales de los años 70 del siglo pasado. Todo tiene una historia social y cultural, hasta los artefactos más cotidianos. 

Las estufas Lorena eran para la reducción de la acumulación de humo en la cocina, lo que contribuye a prevenir y disminuir las enfermedades respiratorias. Cierto, hay una visión romántica de sentir el humo de la combustión de la leña en la cocina, pero hace daño a los pulmones.  No son cualquier tipo de estufa. Hay detrás de ellas un diseño de ingeniería basado en lo que se llama Termodinámica y un análisis minucioso de la transferencia de calor en sus bellos «recobijos», tubos que dejaban pasar el aire caliente lleno de bióxido de carbono. Ya este fenómeno era explicado siglos antes por Carnot y Boltzmann, padres de la termodinámica clásica que nos enseñó luego el ingeniero Federico Salazar en la Facultad de Ingeniería de la USAC.

Lo importante aquí es que la intervención del programa social Mano a Mano es integral, diseñado con indicadores sociales de impacto, pensado desde una visión moderna de salud pública y desarrollo sostenible cuyos frutos apenas empiezan a verse. Ya con esto veo que la Ronda se ha vuelto pertinente porque la dirige quien debe dirigir, el presidente.

Ya sé, ahora vendrán los negacionistas de Arévalo que no, que ese programa ya existía antes, de que es de AID, de que esto y lo otro, todo para desvalorizar lo que realmente tiene valor. Para aclararles, debo decirles que esto está asociado a la reconstrucción y mejora de casi mil kilómetros de carreteras rurales, que van justo a esos pueblos abandonados. Y si eso no es suficiente, entonces hay que decirles que hay que asociar esto a las miles de escuelas remozadas y a los más de 500 institutos de educación media en construcción ya en marcha.

Bien presidente. Usted debe dirigir al país como ahora veo que dirige la Ronda. Hace falta mucho. Así como cambió a su comunicador Palomo debe cambiar a su ministro de Comunicaciones, Diaz Bobadilla, un militar que no da una buena en esa cartera. Ahora tiene cerrado el paso de Quetzaltenango a Retalhuleu por los socavones anunciados una y otra vez desde esta columna de opinión aquí en La Hora. Debe poner a alguien competente en ese importante puesto, a un ingeniero o ingeniera, no a otro médico, ni a otro militar, alguien que realmente sepa de administración pública y de infraestructura.

Entiendo los planes que están en la esquina, pero esos están en la esquina y no están resolviendo nada. Para lo de los puertos debe escuchar gente que sabe, como las decenas de artículos que ha escrito aquí en La Hora Emilio Matta.

Recuperar la Ronda ha sido importante. Ahora hace falta caminar para recuperar al país de manos de estas estructuras criminales que no dejan gobernar. Recuperemos el país, hagámoslo ahora, porque si no es ahora, no será nunca.

Fernando Cajas

Fernando Cajas, profesor de ingeniería del Centro Universitario de Occidente, tiene una ingeniería de la USAC, una maestría en Matemática e la Universidad de Panamá y un Doctorado en Didáctica de la Ciencia de LA Universidad Estatal de Michigan.

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