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Las “Tradiciones de Guatemala” constituyen en realidad la parte más extensa de todo lo escrito por José Batres Montufar. Puesto que su poesía lírica está circunscrita a dos o tres poemas nada más: “Yo pienso en ti”, “San Juan” y “Al volcán de agua” y, en lo que se refiere a esta última, podríamos decir que su lirismo es limitado y que lo rompe en todo caso, con una salida u ocurrencia bastante humorística –al final- que quiebra el balance lírico y la unidad romántica del poema. 

 Por tanto, aunque no fuera nada más que por la cantidad (si no quisiéramos admitir otras razones) Batres es de modo indiscutible, cuantitativamente más cuentista o novelista que poeta lírico, puesto que como he indicado ya las “Tradiciones de Guatemala” constituyen lo más vasto de su producción.

En nuestro país no existe más que una obra que analiza de manera orgánica y crítica la historia de la novela. Ella es: “Historia crítica de la novela guatemalteca”, realizada e impresa ya hace algún tiempo por el investigador y analista estadounidense Seymour Menton. Sería muy plausible que si alguien escribe una adenda a esta obra (ya que Menton Falleció) se incorpore al narrador José Batres Montúfar en su rol de tal, puesto que él resulta ser el príncipe de los narradores en verso como muy acertadamente se indica que dijo Rubén Darío. Parecida gestión sugiero a quienes escriban similares trabajos a los del Dr. Menton: que de plano se incluya a Pepe Batres como uno de los narradores que ha producido Guatemala ¡a lo que me adhiero!,  porque creo que soy uno de los que sostienen que el autor del “Yo pienso en ti” es narrador aunque por muchos y por mucho tiempo se ha sostenido que sólo es poeta lírico romántico. 

“Tradiciones de Guatemala” (título discutible por cuanto lo que cuenta no son tradiciones) está estructurada por tres largos cuentos en verso o novelas breves que son “Don Pablo”, “Las falsas apariencias” y el “Relox”, con equis. 

La primera cuenta la historia de los amores frustrados de Isabel y Pablo. Hija la primera de doña Luisa y del coronel Diego de la Mella y Pablo (que da nombre al cuento) hijo del viudo don Pascual del Pescón.

El joven se enamora perdida y apasionadamente de Isabel (pese a sus rasgos donjuanescos) precisamente quizá porque ella al principio lo desprecia. No tanto porque Pablo le fuese antipático, sino porque el cancerbero de doña Luisa es de temer y no permite liviandades.

Pablo vence la resistencia de Isabel y ésta le da cita en un coche en el interior de su propia casa donde la celosa doña Luisa los sorprende. Al día siguiente los padres meten a la joven en un convento y se quejan ante don Pascual del Pescón de la criminal conducta de su hijo a quien el viejo conduce a hacer penitencia a La Recolección, con Fray José Godina, quien trata de convencer a don Pablo de tornar al buen sendero. Pero éste –después de un mes de penitencia y oración- se burla del religioso quien invoca un castigo del cielo para el calavera. De inmediato sobreviene un  terremoto que mata a don Pablo cuya alma –según el fraile- es recogida por el diablo. Isabel –al conocer la muerte de su enamorado- profesa definitivamente y entrega su amor al Señor.

Continuará con el resumen y análisis de la segunda de las “Tradiciones de Guatemala” -o cuentos en verso- de José Batres Montúfar.

Mario Alberto Carrera

marioalbertocarrera@gmail.com

Premio Nacional de Literatura 1999. Quetzal de Oro. Subdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua. Miembro correspondiente de la Real Academia Española. Profesor jubilado de la Facultad de Humanidades USAC y ex director de su Departamento de Letras. Ex director de la Casa de la Cultura de la USAC. Condecorado con la Orden de Isabel La Católica. Ex columnista de La Nación, El Gráfico, Siglo XXI y Crónica de la que fue miembro de su consejo editorial, primera época. Ex director del suplemento cultural de La Hora y de La Nación. Ex embajador de Guatemala en Italia, Grecia y Colombia. Ha publicado más de 25 libros en México, Colombia, Guatemala y Costa Rica.

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