Madrid
DPA
El clásico del futbol español que disputarán el sábado Barcelona y Real Madrid tendrá poca influencia en la clasificación. Por eso, con la Liga de Campeones a la vuelta de la esquina, los entrenadores deben decidir qué hacer en sus alineaciones: ¿arriesgar o conservar?
El conjunto azulgrana llegará a la cita con diez puntos de ventaja en la Liga española sobre el Real Madrid, al que sólo le queda la Champions League para intentar salvar la temporada. El Barcelona recibe el martes al Atlético de Madrid en la Liga de Campeones para jugar una eliminatoria durísima, mientras el equipo blanco tendrá un día más para descansar para la cita ante el Wolfsburgo en Alemania.
La cuestión es que un clásico es mucho más que tres puntos y las respectivas hinchadas siempre exigen lo máximo ante el máximo rival. Pero los entrenadores deben decidir.
Por si sirve de algo, el jugador azulgrana Andrés Iniesta explicó hoy cuál es la intención del Barcelona: «Da casi igual cómo lleguen los equipos. Son partidos que a todos nos gusta ganar al máximo rival. No lo afrontamos mirando la diferencia de puntos».
El técnico del Barcelona, Luis Enrique, siempre tiene muy en cuenta los parámetros físicos de los jugadores, y más cuando varias de sus estrellas tuvieron largos viajes y exigentes partidos con sus selecciones en Sudamérica.
Sin embargo, el entrendor azulgrana se quedó con poco margen para reservar jugadores, puesto que Ivan Rakitic y Jeremy Mathieu están lesionados, por lo que las rotaciones en defensa y centro del campo deberán esperar. Si acaso, podría descansar Dani Alves tras su participación con la selección brasileña y porque Aleix Vidal no tuvo partidos internacionales.
Lo que se da por seguro es que el «tridente» atacante -Lionel Messi, Neymar y Luis Suárez- será de nuevo intocable. Cómo quitar a alguno de los cracks en un partido con una audiencia millonaria. Además, Messi está a las puertas de su gol 500 en su carrera.
Y puestos a buscar alicientes, el Barcelona encontrará una gran motivación en el homenaje a Johan Cruyff, una leyenda del club que murió la pasada semana a los 68 años por un cáncer de pulmón.
«El mejor homenaje a Cruyff es hacer todo lo que nos ha enseñado. Queremos ganar para dedicárselo», recalcó Iniesta.
El caso del Real Madrid es diferente, pues tiene un claro estímulo: será el primer clásico de Zinedine Zidane, su entrenador, en tiempos en los que se discute la forma de jugar de su equipo y su capacidad para liderar la reacción blanca tras una desafortunada temporada.