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La región de la actual ciudad de Quetzaltenango, previamente llamada en muchos textos como Culajá, “garganta de agua”, durante el reinado de los mames, en el período precolombino. Otros, como Carlos Vásquez, periodista quetzalteco, niegan ese nombre e indican que Culajá no significa nada en Mam sino que es Tqul Já, nombre Mam. Por aparte, el historiador Francisco Cajas Ovando me indica que Quetzaltenango era realmente un lago, destruido por la gran erupción precolombina y explosión del volcán Cerro Quemado, Lajuj Noj, que convirtió dicho lago en un humedal, una ciénaga.

El otrora lago precolombino que se formaba en Quetzaltenango se debió encontrar en su mayoría en la actual zona 2, desde el inicio de la Calle Jesús Castillo, el brillante músico quetzalteco de «fiesta de pájaros», pasando por una serie de tanques municipales de agua: La Muñeca, el Soldado, así como las piscinas de el Recreo y el Chirriez, zona llena de manantiales de agua. A la fecha cuando llueve intensamente, toda la zona 2 de Quetzaltenango tiene fuertes inundaciones, estudiadas por el trabajo pionero de Karin Rivas en su tesis de maestría en IHE, Instituto Mundial de Agua, de Delft, Holanda, ahora Países Bajos, de nuestro proyecto de Gestión de Agua en ingeniería del Centro Universitario de Occidente, (Cunoc).  

Según los estudios hidrogeológicos de Jonathan Tacam del programa de Gestión de Agua del Cunoc en colaboración con la Universidad del Valle del Cauca de Colombia, la zona 2 descansa en un acuífero libre. También están los estudios hidrogeológicos de todo el valle de Quetzaltenango de Dagoberto Bautista, del mismo programa de Gestión de Agua del Cunoc, con apoyo de la cooperación holandesa, ahora Países Bajos, que confirman que sí somos una «garganta de agua» subterránea.

A la actual Quetzaltenango le llamaron por mucho tiempo Quesaltenango, con s, luego Quezaltenango, sin t, hasta llegar al nombre actual Quetzaltenango que tendrá unos 50 años de historia. A pesar de que Pedro de Alvarado fundó un pueblo en 1524, al que llamaron Quesaltenango o Quezaltenango, por la existencia de quetzales reportados en las crónicas de Bernal Díaz del Castillo, el desarrollo de Quezaltenango de 1525 a 1725 fue relativamente modesto. Era un pueblo indígena.  Hay una tesis de doctorado de Jorge Gonzales Alzat de la Universidad Autónoma de México titulada: La experiencia colonial y transición a la independencia en el occidente de Guatemala, Quetzaltenango: de pueblo indígena a ciudad multiétnica, 1520-1825 para quien desee explorar en esa época. 

Costó mucho que el gobierno central de Guatemala reconociera a Quezaltenango como ciudad. Los quezaltecos de entonces habían explorado unirse a México para conseguir un estatus más desarrollado. Luego de la conquista, empezó realmente, esto es, empezó la hibridación de prácticas sociales, particularmente las nuevas prácticas económicas que trajeron el aprendizaje de la producción de textiles, hilo, colorantes, trigo, maíz, frutas, legumbres, sal, cal, ovejas (ganado lanar), ganado vacuno, artesanías, cerámicas y todas las técnicas que debieron aprenderse en la parte inicial de la conquista, de 1550 a 1650 aproximadamente. Durante este periodo de hibridación de prácticas sociales no hubo mayor crecimiento económico. 

El desarrollo de Quetzaltenango inicia entonces a mediados del Siglo XVII, 1750, con su capacidad de producción de bienes supramencionados pero en un mercado relativamente pequeño. Esta producción local se consumía en la emergente Quezaltenango, así como en mercados de Totonicapán, Sololá, San Marcos, Huehuetenango y en la Costa Sur, parte de ella se transportaba hacia Santiago de los Caballeros de Guatemala, el valle de Panchoy, que tenían una intensa producción artesanal, agrícola y artística. Entonces, la ahora Antigua Guatemala, era el centro cultural de Guatemala. Toda esa historia cambió con el terremoto de Santa Marta, una tarde lluviosa de julio de 1773 cuando Santiago de los Caballeros quedó destruida. Este es el evento que cambia la historia de Quezaltenango. 

Muchos de los criollos, emergentes terratenientes, comerciantes emigran hacia Guatemala de la Asunción, la ciudad de la Ermita. Pero el terremoto produjo una disminución temporal de producción económica, momento que aprovecha Quetzaltenango para intensificar su producción al fortalecerse económicamente. Además se da una migración poco cuantificada por los historiadores por la ausencia de estudios económicos de la época (1773-1825) donde españoles y de otras nacionalidades se trasladan a Quezaltenango que junto con la capacidad local y propia emergencia económica empiezan a constituirse en un centro cultural de la región. 

Se amplía entonces el mercado tanto de los productos de Quezaltenango como de la emergente región de Los Altos. Para inicios del Siglo XIX, 1800, ya la región de Los Altos era una región de alta producción y cierta independencia económica. Al llegar la independencia de España en 1821 se intensifican las demandas de convertirse en ciudad de la naciente república de Guatemala, considerando también su anexión a México. Un 12 de noviembre de 1825 Quezaltenango es convertido en ciudad. Pocos años después los quezaltecos se dan cuenta de que a pesar de ser ciudad el gobierno central de Guatemala era un obstáculo para el crecimiento tanto de la nueva ciudad como de la región de Los Altos por lo que emerge el Estado de Los Altos. Este movimiento separatista, regionalista, venía acompañado por una élite cultural y no solamente por demandas del mercado. 

El efímero Estado de Los Altos, cuya capital es Quezaltenango, determinará la misma identidad de los quezaltecos, ahora quetzaltecos: Separatista, regionalista, anti gobierno central, localista, asociada a la emergencia de una élite que reconstruye artísticamente a la ciudad durante el Siglo XIX, convirtiéndola en un verdadero centro cultural de las emergentes repúblicas centroamericanas. Al fracaso del Estado de Los Altos y a la emergencia del cultivo y venta del café a nivel mundial, las élites quezaltecas convierten a Quetzaltenango en un centro económico, con su propio Banco de Occidente, 1871, sus institutos normales, 1872, su propia universidad, 1876, que ayudados por la revolución liberal de Justo Rufino Barrios fue capaz de construir su propia identidad regional, localista y separatista. 

El siglo XX sería el escenario para el desarrollo industrial, comercial, económico, pero principalmente cultural, desde la música, la poesía, el teatro, el deporte, prácticas culturales que se construirán basadas en dicotomías raramente explícitas de los quezaltecos que pasaron de la dicotomía indio-ladino hacia la dicotomía poder central-poder local y que hoy se ve en la dicotomía chapín-chivo. Los quetzaltecos no se consideran chapines, pero sí guatemaltecos, aunque fundamentalmente son localistas, eso es lo que vivimos hoy que celebramos 200 años de ciudad. Todo el fervor de los quetzaltecos, ya sean los chivos con su música de marimba o de lo super chivos con su equipo de fútbol el Xelajú, se ha construido en cientos de años de historia, de luchas, de peleas y negociaciones con el poder central. 

En la próxima entrega analizaré la urgencia de superar las dicotomías que han caracterizado a Quetzaltenango para que use su fortaleza histórica y cultural, para construir un futuro que permita una ciudad que dé a su población bienestar económico, honestidad política, desarrollo cultural y conciencia ambiental, para que la Ciudad de la Estrella vuelva a ser fundamentalmente la Cuna de la Cultura.  

Fernando Cajas

Fernando Cajas, profesor de ingeniería del Centro Universitario de Occidente, tiene una ingeniería de la USAC, una maestría en Matemática e la Universidad de Panamá y un Doctorado en Didáctica de la Ciencia de LA Universidad Estatal de Michigan.

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