El domingo pasado en cadena nacional, el presidente Arévalo, acuerpado por ministros, secretarios y diputados electos por su partido político (destacaba el diputado disidente Samuel Pérez), ahora disuelto, con entonación firme y decidida, acusó abiertamente a la fiscal general y al juez Orellana de un presunto intento de golpe de estado, al solicitar el MP, por medio de la FECI, y ordenar el juez, la nulidad de todo lo actuado por Movimiento Semilla.
Durante su mensaje, el mandatario informó que ya había invocado la Carta Democrática de la OEA para manifestar ante las naciones de nuestro continente las amenazas a la Constitución y a la democracia en Guatemala. De igual forma, convocó a “todos” los sectores de la sociedad para unirse en la lucha por defender la democracia. Lamentablemente le faltó el cómo (pequeño, pero importantísimo detalle). Sin el cómo, es decir, sin acciones concretas, sin ejecución, todo quedará en palabrerío. Algo que ha caracterizado a este gobierno.
Cuando uno realiza una convocatoria de esta naturaleza, debería tener ya un plan de acción en plena ejecución. De lo contrario, sólo son faroles, mucho teatro y muy poca ejecución. El presidente y su equipo, mucho antes de transmitir el mensaje, debieron haber tenido, cuando menos, comunicación, si no es que ya reuniones, con los principales sectores a los que estaban convocando para poder así abordar la problemática y llegar a acuerdos que permitan articular acciones efectivas contra los continuados y necios intentos de revertir los resultados de las elecciones del 2023, que nos guste o no, fueron los que fueron.
Lamentablemente lo que ha sobresalido en este gobierno es la improvisación, no la planificación y mucho menos la organización. El gobernante y su equipo adolecen de estructura para poder concretar acciones y ejecutar planes, que ni siquiera tienen. Y cuando se equivocan, que es casi siempre, no sólo no aceptan haber errado, sino que, cegados por la soberbia y la arrogancia, dan mil excusas, culpando a todos de sus males, menos a su falta de capacidad. En las sosas conferencias de prensa de este gobierno, y de los anteriores gobiernos también, los mandatarios y sus respectivos gabinetes no han rendido cuentas, únicamente se han dedicado a publicitar sus “logros” en montajes teatrales ridículos.
La fuga de los 20 presos de Fraijanes II es un compendio de acciones y omisiones que resume tristemente todo lo expuesto en los párrafos anteriores.
He sido muy crítico de este gobierno, así como de los dos anteriores, porque creo que los funcionarios públicos han perdido completamente la noción de que están al servicio de los guatemaltecos y que sus onerosos sueldos y sus aún más cuantiosos negocios y prebendas, los obtienen por pertenecer al gobierno de turno, y son pagados con nuestros impuestos. Ellos extraviaron por completo la vocación de servicio y, sobre todo, la humildad y el rendir cuentas de los actos que hacen durante su gestión en el gobierno.







