
El riesgo en el kilómetro 24 y 25 de la carretera a El Salvador no está cerca de terminar; al contrario, a la inestabilidad que empezó en el punto en donde el pasado 6 de octubre se produjo un deslizamiento de grandes dimensiones, se suma un hundimiento que se localiza a pocos metros, en el mismo lado de la montaña, rumbo al oriente.
De acuerdo con David Monterroso, director de Mitigación de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), el punto donde se encuentra dicho hundimiento se podría derrumbar en cualquier momento por la humedad del área, incluso, aunque las lluvias mermen.
En una conversación con La Hora detalló que hay evidencias de que «ya inició el movimiento de remoción de masa»; es decir, el deslizamiento. Entre estas se encuentra el que los árboles en la parte alta ya están inclinados, en la parte baja de la montaña se registra un corrimiento de la tierra y —lo más evidente— ya hay las grietas en el muro de protección que se construyó hace años entre el kilómetro 24.5 y el 25.5.
Otro detalle que hace que la preocupación se eleve, afirma Monterroso, es que el agua acumulada en la parte alta en donde se encuentra este hundimiento ya encontró un camino donde desfogar y ya está llegado a la carretera. Esto significa que el agua halló un camino y ya empezó a descender, lo que significa que el suelo se seguirá erosionando y que, de producirse una emergencia, podría ser de igual o mayor dimensión de la que se produjo a inicios de octubre.
«En la parte baja hay grietas, en el muro de protección. No son grietitas, y eso ya está a punto de ceder. Esto es importante porque lo que nos está diciendo —las grietas— es que esta protección ya no es efectiva», expuso el funcionario.
Lo que más preocupa, apuntó, es que por las características del lugar un derrumbe en el kilómetro 25 sería más súbito del que ocurrió en el 24.5 debido a que el material a deslizarse sería más fluido y menos denso, por lo que bajaría mucho más rápido y habría menos tiempo de reacción.
Si bien, en el km 24.5, oficialmente no hubo fallecidos, la probabilidad de daños humanos en un evento como el que se teme pueda pasar en el 25, sería mucho más alta, advirtió Monterroso.
«El agujero preocupa muchísimo. Lo que realmente me preocupa más es que el agua ya encontró un camino a la carretera, ya se formó un riachuelo y el suelo sigue saturado de humedad y erosionándose», aseveró.

DAÑOS EN LA MONTAÑA
De igual manera el director de Mitigación de Conred se refirió a la situación en general de la montaña que abarca esos kilómetros de la carretera a El Salvador y explicó cómo se debilitó año con año, hasta el punto que en 2024 ya había una gran extensión corroída y la parte alta ya se había urbanizado.
Desde el 2002 ya hay evidencia de que se empezaron a hacer algunos trabajos. En 2005 se instaló una compañía de extracción de material, explicó Monterroso, pero antes de 2010 hubo un movimiento de tierra que obligó a las autoridades a detener las actividades.
Comparaciones históricas de los terrenos, obtenidas a través de imágenes satelitales de Google Earth facilitadas por la Conred, evidencian que en 2014 ya se había recuperado una buena parte de la montaña, pero después de 2018 de nuevo comenzaron las construcciones y desde entonces los suelos de la montaña se debilitaron de manera acelerada.
Todavía para 2022 no había tantas construcciones; sin embargo, al año siguiente comienza a notarse en la parte alta alguna intervención, y para finales de 2024 se puede ver que la mano humana ya tocó gran parte de la montaña. Conred no tiene claro aún, cuándo se empezó a construir en la montaña, ni quién o quiénes fueron los primeros dueños.
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Actualmente, según reportes de prensa, el dueño es César Érick Rolando Winter Chen, un político que ha concursado, sin éxito, como candidato a diputado y recientemente por la alcaldía de Fraijanes. Hasta el pasado 16 de octubre, ninguna autoridad ha podido localizarlo.
Desde un punto de vista geológico, los deslizamientos y desprendimientos de rocas son normales y suelen ocurrir en muchas montañas en el mundo, pero no son noticia cuando el ser humano no resulta afectado. Pero, como quedó la montaña arriba del km 24.5 a finales del año pasado, señala Monterroso, «eso ya no es la naturaleza, sino el movimiento de tierra para hacer las construcciones».
El experto también recuerda que el tipo de suelo que hay en el valle de la capital es de origen volcánico, generalmente estables en época seca, pero muy susceptibles a movimientos en época de lluvia. Además, apunta, el valle también está rodeado de fallas geológicas secundarias, lo que hace que existan condiciones que deben ser tomadas en cuenta antes de intervenir en una montaña.
«Hay bastantes condiciones que deben ser tomadas en cuenta para dar el tratamiento que haya que dar, para dar seguridad a los tramos carreteros y urbanísticos que se pretendan construir», subrayó Monterroso.
El pasado 10 de octubre, la secretaria ejecutiva de la Conred, Claudinne Ogaldes, reveló que en el área se construía un centro comercial y una gasolinera, pero que el dueño del proyecto no contaba con los permisos correspondientes, ni municipales ni ambientales.

Monterroso dice que los estudios de impacto ambiental y geológicos, precisamente sirven para estudiar el tipo de suelo y roca de un terreno y medir las consecuencias de la intervención humana en el área, y desde luego tomar las medidas de mitigación para prevenir desastres.
Ogaldes también señaló que los taludes estaban construidos a 90 grados. Monterroso cree que de haberse hecho los estudios correspondientes también habrían arrojado la inclinación y tipo de taludes que debieron haberse dejado en el lugar.
INTERVENCIONES
El experto de Conred dijo a La Hora que el hecho de que termine la época lluviosa no es sinónimo que ya no hay riesgo. Con las condiciones tan debilitadas en que se encuentra la montaña, incluso sin lluvias, puede generar un acomodamiento natural porque los suelos no necesariamente quedan cohesionados, remarcó.
Por esa razón, dijo que ahora es cuando deben trabajar en conjunto y de manera coordinada las municipalidades de Fraijanes y de Villa Canales, junto con el Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV) para hacer las intervenciones que sean necesarias, a fin de minimizar el riesgo.
«La recomendación es para toda la ruta, necesitamos que le den mantenimiento y protección a la ladera. Tuvimos suerte que este caso —hundimiento en el km 25— que no se haya desencadenado, pero no nos podemos calmar y cantar victoria. Esto no ha terminado», advirtió Monterroso.

Agregó: «Las coordinaciones interinstitucionales deben continuar, tratando de estabilizar el sector, eso es de urgencia. El que ya se haya liberado el tránsito no quiere decir que ya todo está resuelto, hay que seguir con la estabilización sin dejar de considerarlo urgente».
Las comunas son las responsables de hacer los estudios que detallen el tipo de intervención que se tiene que hacer en el área, mientras que el Gobierno también tendría responsabilidad, debido a resulta afectada una carretera centroamericana.
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De momento, el CIV ya denunció al propietario del terreno, quien hasta el pasado 16 de octubre, no había sido localizado. Su participación en la búsqueda de soluciones es fundamental por tratarse de un área privada.
El gobernador departamental de Guatemala Mauricio Bernard Alvarado dijo a La Hora que la expropiación es una de las alternativas que se ha puesto sobre la mesa para agilizar las intervenciones que se tengan que hacer, aunque otras voces también sugieren que podría hacerse una donación de los terrenos.
INFORME
La Conred ya notificó a las partes involucradas el resultado de su visita técnica y en el informe que elaboró calificó como «puntos críticos» el deslave y el socavamiento en el sector, este segundo es considerado «significativo» y que «puede llegar a afectar la protección paralela a la carretera».
Añade que se comprobó la existencia de un flujo de agua constante en el fondo del hundimiento, el cual se presume ha generado anegación prolongada en el sector, «lo que habría contribuido al desarrollo y evolución del proceso de socavamiento» el cual «podría ser mayor» a lo visible debido a que lo rodea una densa vegetación.
Añade que las filtraciones observadas en el muro de contención «sugieren procesos de infiltración y saturación del suelo que podrían estar comprometiendo la estabilidad estructural del talud». Esta se puede acelerar por las lluvias y las vibraciones por el paso de vehículos.
En sus recomendaciones, la Conred dice que se deben implementar obras correctivas y preventivas, basadas en estudios técnicos a cargo de profesionales en calidad de colegiados activos. También, recomienda que se mantenga el control y la restricción parcial del flujo vehicular del km 24.5 al km 25.5, mientras se ejecutan las acciones de mitigación.
A las comunas de Villa Canales y Fraijanes se les recomienda implementar un manejo adecuado de las aguas servidas y pluviales de las colonias ubicadas en la parte superior del talud. Y a la Gobernación Departamental coordinar las acciones que le correspondan entre los actores involucrados.
- Secuencia de fotos de Google Earth facilitadas por Conred que muestran cómo cambió el terreno en 23 años:







