La Habana/Moscú/Londres
DPA
Líderes de todo el mundo condenaron hoy los «bárbaros» ataques en el aeropuerto y el metro de Bruselas, expresaron su solidaridad con Bélgica y pidieron unidad contra el terrorismo.
«Los pensamientos y oraciones de los estadounidenses están con el pueblo belga y nos solidarizamos con ellos y condenamos estos indignantes ataques contra gente inocente», dijo el presidente estadounidense, Barack Obama, en el Gran Teatro de La Habana, en Cuba, al inicio su histórico discurso al pueblo cubano.
«Debemos permanecer juntos sin importar la nacionalidad, raza o fe en la lucha contra el flagelo del terrorismo», añadió Obama. «Podemos derrotar y derrotaremos a aquellos que amenazan la seguridad de la gente alrededor del mundo».
El presidente francés, François Hollande, consideró hoy que los atentados, que dejaron al menos 34 muertos y 230 heridos, «golpearon a toda Europa» y por eso es necesario que el continente «adopte las precauciones necesarias frente a la gravedad de la amenaza».
Francia reforzó la seguridad en las fronteras tras los ataques de Bruselas, que se dan una semana después de que uno de los presuntos autores de los atentados de noviembre en París fuera capturado en la capital belga.
La canciller alemana, Angela Merkel, mostró su solidaridad y apoyo al Gobierno belga para encontrar a los culpables. «Los terroristas son enemigos de todos los valores que defiende Europa», afirmó. «Se trata de los valores de libertad, democracia y de convivencia pacífica», declaró.
«Nuestra fuerza radica en nuestra unión. Y así se demostrará que nuestras sociedades libres son más fuertes que el terrorismo», afirmó.
También el primer ministro británico, David Cameron, expresó su solidaridad. «Estoy consternado y preocupado por lo ocurrido en Bruselas. Haremos todo lo posible para ayudar», afirmó en Twitter.
«Grecia se solidariza con los ciudadanos de Bélgica y la UE (Unión Europea). No podemos permitir que el miedo, el odio religioso y el racismo prevalezcan en Europa», apuntó el primer ministro Alexis Tsipras. «La capital de nuestra Unión (Europea) es atacada. Lloramos por los muertos… todos somos bruselenses», escribió además el Ministerio de Exteriores heleno en Twitter.
«Con el corazón y la mente en Bruselas», escribió por su parte el jefe de Gobierno italiano, Matteo Renzi.
«Fue un asesinato premeditado», dijo el primer ministro holandés, Mark Rutte. «Bruselas fue alcanzada hasta la médula, Bélgica fue alcanzada hasta la médula, Europa fue alcanzada hasta la médula», agregó durante una comparecencia en La Haya. Holanda tiene actualmente la presidencia de turno de la UE, cuyas instituciones se encuentran principalmente en Bruselas.
Desde Moscú, el presidente ruso Vladimir Putin condenó los atentados, que calificó de «crímenes bárbaros». El terrorismo no conoce límites y tiene que ser combatido con cooperación internacional activa, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. Putin transmitió su pésame al rey Felipe de los belgas, informó la agencia Interfax.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, también llamó a la unión. «El único camino para derrotar a estos terroristas es permanecer y combatir juntos», señaló.
Estos atentados muestran una vez más «el rostro global del terrorismo», advirtió el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, que también condenó los ataques.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, repudió el hecho y mostró su solidaridad con el pueblo belga tras confirmar que dos colombianos están dentro de los heridos que dejaron los atentados. Además, autoridades diplomáticad del país sudamericano indicaron que existe la posibilidad de que haya un colombiano más entre las víctimas.
El Gobierno de Ecuador expresó su solidaridad a Bélgica por los atentados y rechazó la que calificó de «violencia absurda».
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó los atentados y expresó su «pésame a las víctimas y familiares» de los ataques, así como su solidaridad al Gobierno belga.
El papa Francisco trasladó a las víctimas de los atentados de Bruselas sus condolencias en un telegrama enviado al arzobispo de Malinas-Bruselas, Josef De Kesel. El pontífice reiteró su condena a la «violencia ciega que tanto sufrimiento está causando» y pidió a dios el don de la paz.








