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«Un fracasado es un hombre que ha cometido un error, pero que no es capaz de convertirlo en experiencia». Elbert Hubbard

 

La situación del país se balancea entre el error más que invariable en el Ejecutivo, al horror de la violación a la legalidad constante, tanto que hasta a la CC llega el desorden institucional en el que nos hemos instalado, y que constituye una amenaza hacía adelante, porque nos encontramos haciendo lo mismo de siempre, repitiendo patrones inaceptables.

Tantos errores en la Administración Pública, se han convertido en cuestionamientos constantes por parte de la sociedad, y no porque las anteriores autoridades  no los hayan cometido, no ha existido un órgano del Estado que no haya resbalado una o más veces, el problema entre otros que tiene el actual, es precisamente la bandera de diferentes que enarbolaron, que se ha traducido en que los equipos no han respondido a los requerimientos de la población, por lo que nos encontramos con que un procedimiento administrativo por medio del que se diligencia una decisión política vital, como el Veto al Decreto 7-2025, se convirtió en una escaramuza oficial, debido entre otros motivos, a la falta de fecha del Acuerdo por medio del cual se emitió el Veto Presidencial, sumado al plazo en el que fue enviado, señores los chapines somos dejados, y lo hemos pagado con creces, pero que los órganos del Estado el último día cumplan con sus obligaciones es de primero primaria.

El error no es fuente de Derecho, y el que los anteriores equipos no hayan actuado con la debida diligencia, no significa que se conviertan en regla por costumbre porque administrativamente tampoco es fuente la costumbre, todos los ciudadanos vivimos entre barrotes legales, que debemos respetar, más aún las autoridades, que nos exigen a los demás el cumplimiento de todo tipo de obligaciones, y este gobierno ha sido especialista en las exigencias.

El horror surgió después del error, cuando el mismo Congreso no cumplió con el mandato constitucional, ya que con deficiencias considerables, porque por la falta de fecha los abogados podemos perder una demanda, pero el acuerdo llegó dentro del plazo, lo cual no permitió enmendar el error pero llegó, por lo que se les informó sobre el Veto, el que ellos desconocieron con el argumento de que “No se puede someter a consideración del pleno algo que no ha cobrado vigencia, el veto entra a la vida el jueves, (Tres días después, de acuerdo a la LOJ) pero el plazo ya venció ayer”.

Sin embargo, el excesivo rigorismo no conduce a nada en la sociedad por lo que los Diputados debieron rechazar el veto en cumplimiento a lo establecido en el artículo 179 constitucional que establece que: “la Junta Directiva lo deberá poner en conocimiento del pleno en la siguiente sesión, y el Congreso, en un plazo no mayor de treinta días, podrá reconsiderarlo o rechazarlo. Si no fueren aceptadas las razones del veto y el Congreso rechazare el veto por las dos terceras partes del total de sus miembros” 

Pero se trasladaron del error al horror, porque siendo los Diputados sobre quienes recaen la creación y modificación de las leyes en general, debieron actuar de conformidad a la legalidad, y más aún a la constitucionalidad por lo que debieron considerar rechazar el veto, y ese rechazo debió aprobarse por las dos terceras partes, las que suman 107 Diputados y no 84 como sucedió.

Así como el error no es fuente de Derecho, también es cierto que los funcionarios públicos son sujetos a la ley y jamás superiores a ella, más aun a la Carta Magna, por lo que todos debieron cumplir con sus obligaciones, porque el error del vecino no debe ser óbice para que el otro cumpla el mandato que le otorgaron los ciudadanos cuando los eligieron, que fue lo que sucedió, como siempre todos nos quedaron a deber, pero los responsables somos los ciudadanos que votamos a quienes votamos, por lo que tenemos los que tenemos como representantes nuestros.

 

El Veto a la ley que dio origen al galimatías en el que nos vimos envueltos, es importante porque su vigencia abre las puertas y ventanas para más corrupción, de la que estamos no cansados, lo siguiente.

 

Gladys Monterroso

licgla@yahoo.es

Abogada y Notaria, Magister en Ciencias Económicas, Catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Diploma otorgado por la Corte de Constitucionalidad en 2005, como una de las Ocho Abogadas Distinguidas en Guatemala, única vez que se dio ese reconocimiento, conferencista invitada en varias universidades de Estados Unidos. Publicación de 8 ediciones del libro Fundamentos Financieros, y 7 del libro Fundamentos Tributarios. Catedrática durante tres años en la Maestría de Derecho Tributario y Asesora de Tesis en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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