En Guatemala, se estima que alrededor del 10.2% al 10.4% de la población tiene alguna discapacidad, lo que equivale a aproximadamente 1.6 a 1.7 millones de personas. Las dificultades más comunes son para ver y para caminar, y la prevalencia de la discapacidad aumenta significativamente con la edad.
Los siete tipos de discapacidad más comúnmente reconocidos son: física, auditiva, visual, intelectual, psicosocial, sordoceguera y múltiple. Estas categorías se utilizan para clasificar las diferentes formas en que las personas pueden experimentar barreras para participar plenamente en la sociedad, permitiendo una mejor comprensión y atención a sus necesidades específicas.
El problema: El Conadi (Consejo Nacional para la Atención de las Personas con Discapacidad) es la entidad guatemalteca que coordina, asesora e impulsa las políticas generales en materia de discapacidad. Su objetivo principal es asegurar que se cumplan los derechos humanos y las libertades fundamentales de las personas con discapacidad en el país, promoviendo su plena participación e inclusión social. Pero no toma en cuenta de manera integral la participación de las personas que deberían de ser las que tomen las decisiones.
Esto ha motivado a personas que durante muchos años han sido parte de la lucha y la defensa por los derechos humanos, en especial los derechos humanos de las personas con discapacidad, para presentar una iniciativa de ley ante el Congreso de la República que cambie la situación. Iniciativa en donde quienes dirigen la institución y quienes toman las decisiones sean personas que conocen o que tienen algún tipo de discapacidad, para que con base en su experiencia puedan hacer las cosas que el país necesita. De manera que puedan introducirse ajustes razonables y acciones afirmativas a lo que actualmente tenemos en Guatemala.
¿Qué pasó? No se habla ni se practican temas sobre capacidades especiales, retos especiales, deficiencias y barreras que el sistema, el ambiente y el entorno ponen a quienes una y otra vez se enfrentan a esta problemática. Por primera vez en hace mucho tiempo no hay confrontación entre las organizaciones, lo que existe es la típica división basada en los intereses que cada quien tiene y es a raíz de la discapacidad que cada quien experimenta, pues sus barreras son diferentes.
Hay dos iniciativas de ley actualmente en el Congreso de la República, una discutiendo en la Comisión de Derechos Humanos y otra en la Comisión de Discapacidad. La segunda innecesaria, porque la primera llena todos los requisitos que con base en las personas que conocen del tema se necesita en este país. Pero como siempre, el tema no camina precisamente por esta división innecesaria, división provocada probablemente por buenas intenciones en el legislativo, pero al final decisiones que dividen.
NO SE VALE que no hablemos de lo que sucedió en el capítulo de esta semana en ROBERTO ALEJOS-PODCAST, en donde tuve la acostumbrada charla con SEBASTIÁN TOLEDO de la Asociación Nacional de Ciegos y con RONALD SOLÍS, un activista en derechos de personas con discapacidad, un sobreviviente de polio. Miembros del grupo de articulación de la sociedad civil, charla que se dio precisamente el día en que se conmemora el tema del lenguaje de señas.
Se convirtió también en un tema didáctico, como tratamos de hacerlo siempre, al definir términos, al hablar un poco de historia y de temas profundos, como realmente qué es lo que produce pobreza en este tema. Y es que fueron claros al decir que no es la discapacidad la que produce pobreza, es la pobreza que produce personas con discapacidad
YA ES HORA que se hagan ajustes razonables y acciones afirmativas en este tema y que además de hacer lo que deberíamos de estar haciendo desde hace mucho tiempo, de combatir los temas relacionados con la prevención en desnutrición, los programas de salud preventiva y mucho en temas de educación; estemos haciendo cambios en la legislación y al mismo tiempo en nuestro actuar para quitar las barreras que nadie toma con seriedad y es que no las toman con seriedad porque realmente lo que hay es desconocimiento del tema. Un tema que deberíamos de conocer más para poderlo combatir como corresponde.
Me quedo corto al tratar de explicar, en primer lugar, las definiciones que se le han dado al problema, el lenguaje que históricamente se ha usado, lo que está sucediendo en la actualidad y lo que quisiéramos que realmente sucediera. Pero además volvemos a caer en el tema de siempre, el Congreso de la República debe a la mayor brevedad enfrentar todos esos temas que los tienen desunidos y que no les permiten trabajar en las comisiones, mucho menos en el pleno del Congreso para aprobar lo que corresponda.
Que nos duela la situación del país en materia de las barreras existentes en el entorno para desarrollarnos como seres humanos, entre las cuales destacan las relacionadas con el tema de la discapacidad. Que ese dolor sea motor para actuar, involucrarnos, exigir y trabajar por cambiar el rumbo de Guatemala. Caminemos, participemos… o no avanzamos.