El lunes pasado, durante la conferencia de prensa matutina que da el gobierno, hubo dos participaciones, una del presidente Arévalo y otra del ministro Menkos, que se deben abordar, principalmente porque demuestran total la ceguera que ocasiona el poder a las personas.
El presidente Arévalo leyó lo siguiente: “En un contexto de estabilidad económica, el crecimiento previsto para este año es de un 4%, una cifra aún mayor de la proyectada inicialmente y una de las mayores en todo el continente. En medio de la incertidumbre mundial, nuestro país crece de manera constante, manteniendo un nivel de inflación bajo, lo que redunda en mejores condiciones de vida hoy y mayores posibilidades para el futuro… y todo esto no es casualidad, es consecuencia del trabajo serio y sostenido del equipo económico y del conjunto del gobierno…”
Es decir, de acuerdo con el presidente Arévalo, de idéntica forma a la que lo hacía Giammattei cuando fue presidente, atribuye el crecimiento y la estabilidad económica de Guatemala a sus políticas económicas y no a las remesas familiares, que ya superan el 20% del PIB nacional y que en 2025 aportarán entre el 50% y 60% del crecimiento económico del que tanto se ufana el presidente Arévalo y que además nivelan la balanza de pagos para evitar presiones inflacionarias. No cabe duda de que el presidente intenta tapar el sol con un dedo.
El ministro Menkos, por su parte, leyó también, apoyado de algunas gráficas, que “… en buena medida es la ejecución de la inversión pública la que detona el crecimiento económico, tanto en el corto como en el mediano plazo, de ahí la importancia de mantener presupuestos potentes en materia de inversión… bajo el brazo de inversión pública de Consejos de Desarrollo hoy se están ejecutando 11 mil obras a lo largo y ancho del territorio nacional…”, también leyó algunas recomendaciones que el FMI da en la Consulta del Artículo 4 de 2025 con Guatemala, como una postura fiscal expansiva, un mayor gasto social y en infraestructura, que los elogian (al gobierno) por abordar los riesgos de corrupción en Codedes, y la adopción de algunas leyes.
En el caso de Menkos, también atribuye el crecimiento económico a sus “potentes” presupuestos y no a las remesas, las cuales menciona de forma tangencial y no central como el principal motor del crecimiento de la economía en el país. Hay que decir que el ministro utiliza informes del FMI y tergiversa cifras económicas para promocionar sus desfinanciados presupuestos (tema que sí indica explícitamente el FMI que se debe corregir). También se abstuvo de mencionar que el Ministerio de Comunicaciones, con todos los problemas de infraestructura de todo tipo que tiene el país, es uno de los que más baja ejecución ha tenido este año y también interanual.
Adicional, el presidente se mostró sumamente incómodo y molesto cuando le preguntaron sobre una encuesta de CID Gallup en la que muestra el descenso en popularidad que ha tenido el mandatario. Su respuesta, como siempre, fue totalmente evasiva. Lo que sí dijo es que prefiere estar “ocupado” y no preocupado, para mostrar los números (muchos de ellos tergiversados) que su ministro leyó, números que se dan principalmente por el flujo de remesas que ingresa al país, no por su “acertada” política económica.
Una persona con formación profesional en economía, como el ministro de Finanzas, debería tener claro el hecho de que una política fiscal expansiva aunada a una desaceleración económica puede tener graves consecuencias monetarias, que se traducirían primordialmente en una alta inflación, uno de los motivos principales del descontento con el presidente en la encuesta mencionada en el párrafo anterior.